La afición, espoleada por el partidazo de Pasarón y por la
trascendencia del choque, acudió en masa al Alfonso Murube
para arropar a su equipo y demostrar que quiere fútbol de
Segunda División la próxima temporada.
Una hora antes del inicio del encuentro las gradas del
Murube ya se encontraban prácticamente llenas de un público
ávido de vivir un buen espectáculo y sobre todo de disfrutar
con una victoria, aunque fuera por la mínima. La afición
rugió cuando su equipo saltó al magnífico césped del Murube
e intentó ‘jugar’ su partido, aunque no tardó en darse
cuenta de que el Girona sabe a lo que juega, defensivamente
es muy fuerte y tiene jugadores con calidad para ‘romper’ un
partido.
El equipo gerundense se parece bastante al de Benigno
Sánchez y el partido fue una partida de ajedrez en la que
los dos entrenadores fueron fieles a su estilo de juego. El
Ceuta tomó el mando, pero teniendo muy claro que no podía
repetirse lo del Pontevedra cuando encajó un gol, mientras
que el Girona es el típico equipo de Segunda ‘B’ bien
plantado, rocoso, que no regala nada y con velocidad cuando
recupera el balón y sale a la contra; un equipo muy poderoso
lejos de Montilivi, porque de los 21 partidos disputados
esta temporada tan solo perdió en Alcoy y en Ibiza, cuando
en su feudo cayó en cuatro ocasiones, además en los últimos
cinco encuentros dejó su portería a cero. El Ceuta se dejó
la piel, pero le faltó fluidez y precisión en el campo
rival.
Los caballas lo intentaron de principio a fin, pero en
algunas fases del encuentro no estuvieron cómodos. La
afición no desfalleció y lo más importante confía en su
equipo para el encuentro de vuelta porque sabe que a
domicilio rinde a un gran nivel.
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