‘Alzharaa’ no es el primer barco que cae en la trampa de
Santa Catalina. Numerosos galeones que transportaban
mercancías entre los siglos XV y XVII murieron entre las
rocas de la bahía norte de Ceuta. El más recordado, un navío
francés armado hasta los dientes y capitaneado por el hijo
bastardo de Luis XIV. Alguno de los cañones de este barco se
localizan en el Museo de Ceuta, además de presidir las
Murallas Reales en su entrada por la carretera nueva. Más
cerca de esta época, cerca del año 40, naufragó un barco
cargado de mármoles, que aún se encuentran en el fondo del
mar. No son más de 12 metros de profundidad de la superficie
con respecto al islero donde encalló el buque egipcio, una
zona difícil para la navegación. En la década 50, le tocó la
china al ‘Meri’. La campana de ese barco manda en la entrada
al Club de Actividades Subacuáticas.
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