La festividad de la Mochila no es sólo un día de asueto en
los campos de Ceuta, jugando y disfrutando en un marco
medioambiental incomparable. Para los miembros del Ejecutivo
autonómico es también un día de trabajo, control y
salvaguarda del bienestar de todos los ciudadanos,
desplegados por los distintos puntos de la orografía ceutí.
Por ello, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y su
equipo de Gobierno se desplazaron ayer hasta los distintos
retenes y puntos de control de las unidades de seguridad
para comprobar el correcto desarrollo de la jornada.
Pocas fiestas quedan ya en el calendario ceutí cuyo festejo
permanezca inmutable con el paso de los años. Sin embargo el
Día de Todos los Santos, más conocido como la festividad de
la Mochila, es, para jóvenes y mayores, motivo de disfrute y
satisfacción general. No hay rincón de la ciudad autónoma
que no celebre esta onomástica, ni persona que permanezca
ajena a la tradición, independientemente de su ideología,
edad o cultura.
Por ello, el responsable del Ejecutivo autonómico, Juan
Jesús Vivas Lara, junto a los miembros de su equipo de
Gobierno, salieron al campo para comprobar el buen
funcionamiento de los dispositivos especiales de seguridad,
puestos en marcha para velar por el bienestar de cuantos
participan en esta celebración.
Como marca la tradición y se ha ido transmitiendo de
generación en generación, todos los días 1 de noviembre, los
ceutíes cargan sus mochilas de frutos secos y salen al campo
para pasar una jornada de esparcimiento en convivencia con
el medio ambiente. Aunque muchos son los que se unen a la
celebración, muy pocos son conocedores de su significado
real.
Para paliar este desconocimiento, Vivas hizo especial
alusión al significado histórico de la tradición, en una
parada efectuada en el mirador de Isabel II. “Es un día para
el disfrute y la satisfacción del pueblo de Ceuta en una
fiesta que forma parte de la historia de la ciudad
autónoma”, comentó, mientras recordaba que, hasta finales
del siglo XVIII, los cementerios en España solían estar en
el interior de los poblados, pero llegados a esta época se
decidió trasladarlos a las afueras. Fue entonces, cuando a
principios del XIX, el cementerio de Santa Catalina se
instaló en su ubicación actual, por lo que la distancia para
visitarlo andando obligaba a una pequeña excursión, en la
que el almuerzo consistía principalmente en frutos secos;
propios de la estación del año.
Tras pasear por el recuerdo de antepasados y viejas glorias,
el presidente de la Ciudad incidió en la necesidad de
coordinación para un desarrollo efectivo de la festividad.
“Se trata de una celebración que los ceutíes aprecian y que,
desde el Gobierno local, se procura cubrir la logística
necesaria para que todo transcurra con normalidad”, aseveró.
Dicho y hecho. Los miembros del Ejecutivo autonómico
realizaron un recorrido por los distintos retenes y puntos
de control de las distintas unidades, instalados en lugares
estratégicos de la orografía ceutí, con el objetivo de
comprobar la efectividad de los mismos.
En esta edición y manteniendo la tónica del año anterior, no
hubo incidentes de gravedad que lamentar en el transcurso de
la jornada, salvo pequeñas urgencias que fueron atendidas en
el momento.
Acompañando al presidente de la Ciudad, la consejera de
Medio Ambiente, Yolanda Bel, junto al resto de
viceconsejeros de su área, expuso las máximas de la cartera
que dirige en el desarrollo del Día de la Mochila. A pesar
del peso que adquieren la historia y la tradición en esta
cita con el calendario, Bel aludió a la concienciación y el
respeto al entorno medioambiental. “Es fundamental tenerlo
en cuenta para el correcto desarrollo”, aseveró.
Más importante, si cabe, que ser conocedor de la procedencia
de la tradición, es aprovechar la ocasión para conocer el
patrimonio histórico y natural, así como aprender a
respetarlo.
Los miembros de la Delegación del Gobierno tampoco quisieron
faltar a una de las festividades más célebres en Ceuta,
adentrándose en los pulmones de la ciudad. Así, el
representante de la Administración General del Estado,
Jenaro García-Arreciado, coincidió en el mirador de Isabel
II con los integrantes de la corporación local.
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