En sus conclusiones, el estudio de impacto medioambiental
realizado por el Club Kraken determina que la normativa
examinada “hace admisible la utilización de buques en desuso
para la creación de un arrecife artifical”.
Como parte integrante del plan de viabilidad se ha
solicitado una valoración ambiental, que se ha centrado en
el análisis de las condiciones mínimas que deberían reunir
los buques y la ubicación medioambiental más compatible.
Los barcos que se vayan a hundir deberán someterse a un
riguroso acondicionamiento: limpieza del equipo de
propulsión, instalación eléctrica, pintura, vidrios y demás
materiales contaminantes.
En sus conclusiones, el informe afirma que la viabilidad
económica de los arrecifes en su faceta dedicada al
ecoturismo es “indiscutible” y añade que esta modalidad de
explotación tiene la ventaja de poder implantarse en zonas
degradadas o sin interés pesquero, como la que se ha
escogido. El informe hace notar también que la zona tiene
restricciones para la navegación.
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