La Delegación del Gobierno en Ceuta ofreció ayer un balance
provisional sobre el número de detenidos en la ‘Operación
Fin de Feria’. Hasta las 18:00 horas las Fuerzas de
Seguridad arrestaron a un total de 183 inmigrantes. Estas
primeras cifras, que pueden aumentar cuando finalice el
traslado de los feriantes a la península, manifiestan un
descenso del 40 por ciento respecto al año pasado. El
dispositivo contó con 62 agentes de la Policía Nacional,
pertenecientes a la Brigada de Seguridad Ciudadana y Unidad
de Intervención Policial, apoyados por distintas áreas de
Extranjería y Documentación. Asimismo, participaron
funcionarios de la Policía Local y la Guardia Civil.
Las pesquisas en el Recinto Ferial se saldaron con 148
detenciones, de las que la mayoría [143] fueron marroquíes.
Sólo se detectó a un menor y a trece individuos con
documentación en este grupo. Además, se detuvieron a cinco
residentes del Centro Temporal de Inmigrantes (CETI), cuatro
de ellos argelinos y un asiático. En el control portuario,
la Guardia Civil arrestó a 35 marroquíes ‘sin papeles’. Las
autoridades prepararon los oportunos expedientes de
devolución de los detenidos con mayoría de edad. Las
autoridades del país vecino admitieron la entrada de todos
ellos. El menor marroquí identificado fue trasladado a un
centro de menores. Los residentes del CETI que fueron
arrestados, regresaron por su parte a las instalaciones.
La Delegación del Gobierno atribuye este descenso en el
número de detenciones al “mayor control” de marroquíes que
se ha ejercido en la frontera del Tarajal durante todo el
periodo ferial así como a una “menor” presencia de argelinos
que permanecen en la ciudad respecto a años anteriores.
La crónica
Algunos menores magrebíes miran con soslayo cada uno de los
camiones que llegan desde el Recinto Ferial al muelle camino
del embarque. Otros corren hacia la zona donde estos grandes
vehículos esperan mientras la Guardia Civil realiza los
controles. Saben que tienen una oportunidad de cruzar los 14
kilómetros que les separan de la península aunque sea cada
vez más difícil. Un equipo de unos doce agentes ha acampado
junto al atraque del ‘Globe’ para continuar con la segunda
fase de la renombrada ‘Operación Fin de Feria’.
Los feriantes aparcan sus hogares móviles y paran el motor.
Los métodos de búsqueda se han modernizado. A la intuición
de los agentes y la destreza de los perros se suma un
aparato que registra en la pantalla de un ordenador portátil
los latidos del corazón. No es infalible, el viento, la
cercanía de las personas y el hecho de que los feriantes
lleven alguna mascota provoca errores en su lectura.
Remolques repletos de material, caravanas con jilgueros y
canarias, la familia cansada tras nueve días de trabajo, la
Guardia Civil comprueba todos los recovecos.
Los agentes afrontan con buen humor su tarea, las horas
pasan y no se encuentra nada. “Este año se ha reforzado
mucho la frontera, hay más filtros y eso se nota”, comentan
a la prensa. Los vehículos de gran tonelaje despiertan las
sospechas a priori, se coloca el aparato para detectar los
latidos del corazón. Muchos resultados negativos. De
repente, un positivo, rápidamente se acercan los perros, los
agentes se tiran al suelo. Nada. Así ocurre en varias
ocasiones.
Aproximadamente a las 11:30 horas, se acerca un camión que
porta el material de una tómbola. Destacan sus amplios bajos
blancos. No sorprende demasiado que de positivo, se han
registrado latidos, dos agentes miran en su interior y uno
de ellos grita: ¡Aquí hay alguien! Tres agentes se movilizan
por el lado izquierdo, lo confirman, ven unos pies y una
persona que se mueve. Tardan más de 10 minutos en abrir los
paneles, sacan cables, un pequeño generador, incluso se ve
una escalera plegada. Finalmente, sacan a un menor por la
parte inferior derecha. Inmediatamente localizan a otro.
Sale por el mismo lado.
Los feriantes se muestran muy sorprendidos de la carga extra
de su camión. Facilitan en todo momento el trabajo de los
agentes, que localizan a dos menores más en el costado
izquierdo. El mostrador plegado de la tómbola escondía a
individuos de poca envergadura, que reconocen los feriantes
como merodeadores de las atracciones en el Ferial. No es
nada fácil abrir y cerrar este compartimento, se necesitan
varios hombres para desplegarlo e incluso láminas de manera
a modo de palanca para cerrarlo. Complicado para que dos
chavales se introduzcan por sí solos.
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