El curso ‘‘Del garum a las almadrabas. Ceuta y los recursos
del mar a lo largo de la historia’ prosiguió ayer con la
aportación de la arqueóloga de la Universidad de Cádiz,
Alicia Arevalo. Esta investigadora vive inmersa desde hace
años en el estudio que relaciona los restos de ‘Baelo
Claudia’ (Bolonia) con la explotación salazonera y la
numismática en el yacimiento, desde el punto de vista
funerario. Y es que, según explica, su área de trabajo tiene
“desde tiempos ancestrales” una concepción protectora.
“Nunca ha variado el concepto de divinidad que recae sobre
las monedas. No hay más que ver los cepillos de las
iglesias. La gente sigue pidiendo a Dios una ayuda y, a
cambio, dinero”, ejemplifica.
Tal como explica, las monedas “no han servido sólo para
recibir, también son un elemento de culto. La historia se
repite una y otra vez”, dice Arevalo.
Es, lo que se podría considerar, una experta en monedas,
aunque dice no llevarse el trabajo a casa y tampoco se
dedica a coleccionar. Su zona de trabajo no cubre Ceuta,
pero está muy ligada a la ciudad por los cursos de verano.
En su opinión, “la recuperación monetal de la ciudad
autónoma y, en general, de todo el norte de África es la
asignatura pendiente”. En este sentido, la Consejería de
Cultura local va a realizar una carta arqueológica de los
fondos marinos que rodean la zona y aunque Arevalo no
participará en el proyecto, tiene expectativas de hallazgos
interesantes.
Hasta el momento, las colecciones que posee el Museo de
Ceuta están integradas principalmente por objetos de Cádiz y
Málaga, “de cuando eran Gadir y Malaca”, añade la
arqueóloga.
No obstante, asegura que los hallazgos serían mucho mayores
si no hubiera expolios. “Es una circunstancia que no ha
ayudado nada a recabar información. Las piezas al
convertirse en simples monedas pierden el valor histórico
que podrían aportar”, lamenta Arevalo. Aún así, subraya que
se ha cuidado mucho este aspecto en los últimos años. “Cada
vez hay más control”.
Pozo sin fondo
Tanto el Estrecho como múltiples zonas del planeta albergan
aún “muchos tesoros por descubrir”, asegura Arevalo. “Los
fondos marinos son un pozo sin fondo, no hay más que ver los
dragados de los puertos. Siempre aparecen monedas”, dice. A
este respecto, y ante la hipotética posibilidad de que los
expolios se multiplicasen, Arevalo se mantiene firme. “En
una situación de descontrol brutal, podría llegar a
desaparecer toda la riqueza numismática del mar. Pero
insisto, cada vez hay más conocimiento y se protege”,
explica esta científica que sostiene que lo relevante para
conservar bien “es conocer mejor”.
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