Tal y como explica un vecino del inmueble, antes de que la
empresa constructora se hiciera “nuevo dueño” del edificio
de Galea habían muchos más propietarios, ahora sólo quedan
tres, los otros, asegura, han recibido compensaciones
económicas para abandonar sus inmuebles. Estas cantidades
oscilarían entre los 3.000 y 6.000 euros.
Mientras tanto, los 13 vecinos que aún habitan en el
edificio denuncian la existencia de “vigilantes” en el
portal que impiden el paso de asistencia o de los
repartidores del gas, además de haber cambiado cerraduras de
los trasteros de la azotea o haber eliminado antenas de
televisión.
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