El grupo Mayumana trajo a Ceuta un mosaico de sonido y
movimiento que ha ido cosechando a través de la
incorporación de artistas de todo el mundo. El espectáculo
urbano de estos polivalentes intérpretes se percibió
perfectamente en el aforo de las Murallas Reales por miles
de personas. La universalidad de sus mensajes, que no
utilizaban más que gemidos y algunas palabras sueltas,
funcionó a la perfección. El humor, muy parejo al absurdo
español, encontró una reciprocidad innata en el público, que
los actores aprovecharon para improvisar en varias
ocasiones.
El juego de luces y sombras acompañaron a las coreografías
de una compañía de chicos y chicas atléticos con un don
excepcional: crear con el material más inusual. Ya dijo
Christopher Wren: “La habilidad es la riqueza del pobre”. Y
este espectáculo se ha hecho grande, precisamente, por la
destreza de sus integrantes. De ahí su nombre de procedencia
hebrea que significa habilidad.
El montaje se compone por varias escenas que tienen
transiciones muy cuidadas, de forma que la participación de
los actores es muy equitativa. Las danzas sensuales de las
chicas se encuentran con las escenas cómicas que
protagonizan los chicos. Todos los asistentes recordarán el
‘sketch’ del restaurante y el famoso ‘jamón, jamón,
jamón...’ Un lenguaje simple y universal, como si de cine
mudo se tratase, la mímica y la expresión corporal adquieren
una vital importancia.
Los elementos que Mayumana utiliza en sus espectáculos no se
reducen a los contenedores de basura o la chatarra sino que
‘bucean con o sin agua’. El material luminiscente propio de
las discotecas resulta imprescindible para trasladar al
público a una atmósfera que capta toda la atención de los
asistentes.
El traslado del show a un espacio abierto hace que algunos
matices se pierdan por la necesidad de un fondo totalmente
neutro alrededor del atrezzo que se emplea. Sin embargo, es
algo que el espectador no aprecia si no ha asistido con
anterioridad al mismo número en un teatro.
Las Murallas Reales se han convertido durante este verano en
más que un escenario, un rincón donde el público asistente
ha descubierto multitud de formas de entender la música.
Mayumana se convirtió en el espectáculo con más presencia de
todos los que han pasado por Ceuta en esta temporada
estival. No sólo en número sino también en variedad:
familias, parejas, amigos, jóvenes, pequeños, adultos o
ancianos.
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