Orúe, pese la espiral negativa en la que se encuentra el
Ceuta, asegura que “el ambiente es bueno dentro de la
preocupación que tenemos todos. Con independencia de que
estemos mejor o peor, todos quieren estar y a ver si yo
acierto con el equipo, ellos corresponden a esa confianza y
las causas que nosotros no podemos entrenar y concurren en
un partido sean favorables para que nos ayuden un poquito”.
El entrenador caballa, por otro lado, no entiende el por qué
no le dejan ver el césped del Murube. “Parece ser que allí
no podemos entrar nosotros, no nos podemos ni asomar. Estoy
muy dolido porque las puertas del pasillo de los vestuarios
que dan al campo siempre están cerradas y no nos dejan ver
cómo está el césped después de la resiembra; tampoco tenemos
ni idea si el sábado podremos entrenar”. “Nosotros
elaboramos un plan de trabajo semanal para que sepan donde
queremos entrenar, pero por contra nos tienen un poquito
incomunicados”, añade.
El encargado del campo, Antonio González, manifestó ayer en
la SER que “lo mejor sería no pisar el campo hasta el
domingo”.
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