Los violentos acontecimientos provocados por un pequeño
grupo de jóvenes en el autobús de la línea 8 con destino a
la Barriada Príncipe Alfonso no han vuelto a repetirse. La
sensación de alivio es general tanto en los más pequeños,
los mayores, los conductores y la ciudadanía en general.
Como cada día lectivo la franja horaria que va entre las
14.00 y las 15.00 horas marcaba la salida de los escolares
de los centros educativos. La parada de la línea 8 situada
cerca del I.E.S. Siete Colinas era especialmente vigilada
tras la puesta en marcha del refuerzo con presencia policial
de la Unidad de Intervención Rápida y la Brigada Ciudadana.
El discurrir de los jóvenes era el habitual, algunos
charlaban, otros jugaban y el resto esperaba el autobús que
les llevará a casa. El ‘puente’ se notó aunque no de manera
decisiva.
Un inspector de la empresa de Autobuses Hadu- Almadraba con
su walky-talky controlaba la salida y llegada de los
autocares de la línea 8. Uno a uno, tanto este como el
miembro de la Brigada Ciudadana escudriñaban con la mirada a
los jóvenes y les instaban a entrar de manera civilizada al
bus.
Con una frecuencia casi inmediata pasaban los autobuses.
Dentro de ellos dos miembros de la Brigada Ciudadana
garantizaban la calma y permitían a los conductores
centrarse en realizar su trabajo, conducir. Al igual que los
días anteriores, el viceconsejero de Servicios Sociales de
la Ciudad Autónoma, Mohamed Hamadi Abdeselam presenció
insitu la partida y llegada de los vehículos.
Autobús conflictivo
El autobús de las 14.45, protagonista de los incidentes las
pasadas fechas es el esperado por las fuerzas de seguridad.
Con algo de retraso llegó y los jóvenes fueron poco a poco
poblando un autobús, que en primera instancia no estaba
abarrotado como en días anteriores.
Fue más adelante cuando a las puertas del I.E.S. Abyla el
autocar terminó de llenarse. En ese instante, uno de los
miembros de esta brigada de protección, avisó con la mirada
a su compañero, apostado en la parte central del vehículo,
de la presencia de un grupo de tres menores conflictivos.
El trayecto prosiguió sin mayores problemas aunque en
efecto, uno de los miembros de la brigada tuvo unas palabras
con los menores que finalmente no se dirigían al ‘Príncipe’
si no a Los Rosales. “Estos se suben buscando bronca, no son
del Príncipe; gente como esta son los que le dan mala fama a
este barrio”, espetó uno de los miembros del grupo de
protección. Según este, “la clave es dialogar con ellos,
llevarles la contraria no es la solución”.
Ya en el Príncipe, el autobús fue vaciándose hasta finalizar
su recorrido.
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“Un gran alivio” para los conductores
Como no podía ser de otra manera
la presencia de la Brigada Ciudadana y las medidas de
seguridad preventivas han apaciguado los ánimos en el
trayecto de sobremesa de la línea 8 y han proporcionado un
gran alivio a los conductores. “Conducir en esas
circunstancias no era normal”, recalcó uno de los
conductores.
Este explicó lo mal que lo han pasado algunos de sus
compañeros que han tenido que aguantar como “adolescentes
rompían cristales, se subían a las barras y abrían y
cerraban la puerta trasera del autobús a su antojo, haciendo
que muchos de sus amigos subieran gratis”.
Uno de los pasajeros pidió má autobuses para la línea: “A
más autobuses menos llenos irán y habrá menos problemas”,
razonó.
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