A pesar de que la calma ha retornado a la línea de refuerzo
del Príncipe, la empresa no se da por vencida y quiere que
se identifique al grupo de jóvenes autores de los
altercados. De momento, existen pistas que encaminarán una
futura investigación.
Las paradas conflictivas se sitúan frente a los IES Siete
Colinas y Abyla; de dos a tres de la tarde actúa la UIR y la
Brigada de Seguridad Ciudadana, siendo especialmente
problemático el trayecto que sale del Polígono Virgen de
África a las tres menos cuarto de la tarde. Los primeros
testimonios apuntan a un grupo de menores no superior a las
veinte personas aunque no se descarta que sea más amplio.
Estos jóvenes se dedican a insultar y amenazar a los
conductores de los vehículos, a romper el mobiliario
interior y exterior (los espejos retrovisores de los
turismos aparcados) y a molestar al resto de viajeros.
“Ojalá todos los días fueran como ayer”, lamentaba ayer
parte de la plantilla de la empresa Hadú Almadraba después
de un mediodía totalmente tranquilo. El anterior fue algo
distinto: en cuanto notaron la presencia policial, los
jóvenes que habitualmente pueden ocasionar problemas optaron
por no subir al autobús aunque dejaron constancia de su
presencia amenazando a un conductor al que llamaron
“chivato”.
Presencia municipal
El viceconsejero de Servicios Sociales de la Ciudad
Autónoma, Mohamed Hamadi Abdeselam, se personó ayer en la
parada ubicada frente al IES Siete Colinas para supervisar
el dispositivo de seguridad y coordinar a los integrantes de
la Brigada de Seguridad Ciudadana. Abdeselam calificó la
situación de anómala y recordó que la Ciudad prestará toda
la colaboración que esté a su alcance para atajar esta
situación de vandalismo en los autobuses.
|