“El peor trayecto es el de las tres menos cuarto”. Esta era
la advertencia más repetida entre los responsables de la
empresa de autobuses Hadú Almadraba, los agentes de la UIR y
los miembros de la Brigada de Seguridad Ciudadana en la
tarde de ayer, mientras preparaban el dispositivo de
vigilancia que acompañará la línea 8 de refuerzo hasta
‘nueva orden’. Desde hace dos días una furgoneta de la
Unidad de Intervención Rápida, con cinco agentes a bordo, y
un coche de la Policía Local acompañan a los vehículos
públicos hasta la barriada del Príncipe.
En el interior viajan dos miembros de la Brigada Ciudadana;
su misión: controlar a los grupos de jóvenes que provocan
disturbios en el interior del autobús y que han estado a
punto de motivar la suspensión de la línea. Tanto Comisiones
Obreras como la empresa de autobuses aseguran que un
altercado más podría desenvocar en el paro de los trayectos.
Manuel Cuéllar, integrante de la directiva de Hadú
Almadraba, indicó ayer que desconoce cuánto tiempo se
mantendrá el dispositivo de seguridad en la línea de
refuerzo. Cuéllar es consciente de que una patrulla completa
del UIR es una medida costosa y fuera de lo común. De
momento, se muestra satisfecho con los resultados: “ayer fue
todo perfecto, no se produjo ningún altercado”. Así pues, la
presencia policial y de la brigada disuadió al grupo de
hasta veinte jóvenes que diariamente reventaban la
tranquilidad de la línea de refuerzo.
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