“Se dedican a romper las ventanas a patadas, sacar los pies
e ir rompiendo todos los espejos retrovisores de los coches
que están aparcados”. José María Cuéllar, responsable de la
empresa de autobuses Hadú Almadraba relata así algunas de
las ‘actividades’ a las que se dedica el grupo de jóvenes
que protagoniza, casi a diario, altercados en el interior de
los vehículos de refuerzo de la línea número 8. Pero esto no
es todo.
Los menores también se dedican, sobremanera “desde que
comenzó el curso”, a romper los accesos a la parte superior
de los vehículos y a viajar sobre el mismo con el
consiguiente peligro para su integridad física. “Cualquier
día ocurrirá una desgracia”, vaticina Cuéllar que cuantifica
en veinte personas el grupo que presiona a los trabajadores
del trayecto.
Rotura de espejos, de cristales y sujeción continuada de las
puertas mecánicas de los autobuses -que paralizan la marcha
del vehículo- son otros de los sucesos que denuncian desde
la empresa de transportes.
Brigada ciudadana
Dos miembros de la Brigada de Seguridad Ciudadana trabajan
desde ayer en la línea de refuerzo del Príncipe acompañando
a los ‘zetas’ de la Policía Local. Uno de ellos viaja al
lado del conductor y otro, en el pasillo del autobús. Su
misión es la de controlar a los usuarios del vehículo, en
concreto, aquellos que puedan generar situaciones de tensión
durante el trayecto hasta la barriada del Príncipe.
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