Una nueva familia ocupa ya la caracola número 5 donde sólo
hace unos días se produjo el dramático suceso de la muerte
de la pequeña Suhaila.
Existen grandes dudas al respecto, ya que la Policía
Nacional entregó las llaves de la citada vivienda al juzgado
número 4 cuando la misma quedó perfectamente limpia por los
servicios de Asuntos Sociales de la Ciudad Autónoma.
Parece poco comprensible el hecho de que horas después de
que se depositara la llave de la vivienda en el juzgado, ya
se encuentre habitada la caracola, salvo que haya sido la
propia Ciudad la que haya adjudicado el habitáculo, de un
modo fugaz, a nuevos inquilinos. Extremo éste que, no
obstante, no hemos podido confirmar aún.
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