En los centros del Sinergy Pilates Studio no se centra en la
rehabilitación, pero si cuenta con los certificados de Pik
Pilates, empresa americana que certifica la calidad del
trabajo que se va a recibir. Carmen Cárceles Moreno y María
Tinoco Férnandez, son dos empresarias emprendedoras, que son
socias y cuentan con más de doscientos alumnos. María
Castillo, Demelsa Guerra y Toñi Paulete comenzaron como
alumnas y ahora ya son monitoras. Y son las encargadas de
dar las clases de Pilates. Estas clases se pueden realizar
en trabajo privado o en grupo.
Se puede contar con una entrenadora personal, y durante hora
la ‘personal trainer’ se centra en su alumnos estudiandolo
para mejorar la calidad física, con lo que los resultados
son mucho mejores para los alumnos. Pero también se puede
trabajar en grupo, que como máximo tiene 9 alumnos, donde al
final de cada clase, la monitora se centra en los defectos
de cada uno de los alumnos.
El nuevo centro, que se ubica en Real 90, oferta un amplio
horario de clases, en donde se podrá practicar pero no sólo
el ejercicio de Pilates se puede practicar en Real 90, ya
que el centro del Sinergy Pilates Studio también cuenta con
una sala de trabajo cardiovascular, que es lo que no ofrece
el trabajo de Pilates.
El Pilates no es un método de relajación, se trabaja cada
uno de los músculos del cuerpo, con la compensación del
esfuerzo, con un trabajo consciente, donde la mente es quien
regula cada movimiento, con la respiración fluida y
acompasada.
Una horita de trabajo, una ducha, una buena alimentación y
un ratito de sol, es el lema con el que Joseph Pilates vivió
a diario y lo recomendaba a todo el mundo, y María Cárceles
recomienda un mínimo de dos horas por semana de Pilates de
suelo, pero sin olvidar el trabajo cardiovascular. Pero la
sala de máquinas, que es la gran novedad en Ceuta, es algo
que no se puede pasar por alto. Estas máquinas fueron
diseñadas por Pilates hace más de 80 años, y se siguen
construyendo tal cual él las diseñó.
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Un hombre consagrado a mejorar al salud y el físico
Joseph Pilates, nacido en Alemania
en 1880, y debido a su debilidad muscular y las múltiples
enfermedades que padeció durante la infancia, le hizo
consagrar gran parte de su vida a la práctica deportivo,
buscando un método que permitiera sacar el máximo
rendimiento al organismo con el mínimo estrés o daño
posible.
Durante la Primera Guerra Mundial estuvo en prisión, y en
este cautiverio fue en cuando desarrolló gran parte de su
método así como ideó muchas de las máquinas en las que se
inspiran los aparatos actuales.
La falta de recursos le llevó a utilizar los elementos que
tenía más a mano, como cuerdas, barras y poleas.
En 1923 introdujo su método en Estados Unidos, donde pronto
se hizo popular entre coreógrafos y bailarines, como Martha
Graham, cuyas lesiones derivadas del entrenamiento
exhaustivo les obligaban a pasar largos periodos de
recuperación e inactividad.
La filosofía de Pilates ha ganado cada vez más adeptos y es
compartida no sólo por profesionales de la danza y el
deporte, sino también por muchos fisioterapeutas y
entrenadores personales que han introducido sus conceptos en
la rehabilitación.
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