Buenos días, perdone que le
moleste, jefe. Le llamo, desde Sevilla, por si usted no
tiene inconveniente alguno en explicarme los cambios en el
equipo de gobierno.
- Todo normal, enano, debido a la irreparable perdida de esa
gran mujer, Elena, pues se ha tenido que hacer unos pequeños
cambio,. Ferrón ha pasado a ocupar Fomento, Yolanda Bel será
la portavoz del Partido Popular y, Coronado pasa a ocupar el
puesto de Ferrón al frente de la Policía Local.
Como podrás observar nada complicado. Todo dentro de unos
cambios que se han tenido que hacer debido a circunstancias
especiales. De otra forma, no se hubiésen hecho, jamás,
ningunos cambios en el equipo de gobierno, máxime cuando
queda sólo un año para las próximas elecciones.
- Ahí está la madre del borrego, jefe, que las elecciones
están a un año vista y se empiezan a mover las fichas en el
tablero de ajedrez que es la política, con vista a las
próximas elecciones, donde cada uno coloca sus peones lo más
cerca posible de la línea de llegada.
Eso, siempre, va a ocurrir por muchos golpecitos en las
espaldas y mucho decir tú eres el mejor del mundo. La
soberbia y la ambición, de algunos personajes, les hacen
representar el papel principal de esa comedia que ocurre con
la llegada de las elecciones. Donde el quítate tú, para
ponerme yo, es una de las máximas empleadas por todos esos
hipócritas que, en esos momentos se quitan la careta, para
mostrarse tal y como son.
- Enano, o te explicas con más claridad o me voy a quedar
tal y como estába, porque no te entiendo nada de nada, de lo
que me estás diciendo o, al menos, de lo que intentas
decirme.
- Jefe en política, a pesar de ser todos del mismo partido,
cada quisqui defiende sus intereses y trata de colocar a sus
peones en los sitios claves, con vista a las próximas
elecciones. Es una forma como otra de tener mando sobre el
asunto.
Si,usted, desconoce esto que le estoy diciendo, es mejor que
se abstenga de hacer comentarios u opiniones sobre política.
Ahora es el momento donde cada uno de los que se les supone
que tienen mando, es cuando empiezan a jugar sus cartas,
para hacerles ver al resto que eso es lo que hay .Y el que
manda, manda, y cartucho al cañón y, cuidadín, cuidadín, que
el que se mueva no sale en la foto. Aquí o se está conmigo o
contra mi. Y no hay más cera que la que arde.
Por cierto, jefe, cómo está con esos cambios del equipo de
gobierno, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas.
- Hombre, enano, me imagino que estará bien. Dolido, por
supuesto, por el fallecimiento de su mano derecha, Elena,
pero de acuerdo con los cambios, puesto que ha sido él quien
ha decidido las personas que deberían ocupar esos cargos.
- Si, usted, lo dice yo hasta hago un esfuerzo y le creo.
Porque, digan, lo que digan, soy una jartá de crédulo. En
fin, jefe, buenos días y ya le volveré a llamar, un siglo de
estos.
De momento, le advierto que los niños no vienen de París ni
los traen las cigüeñas en sus picos. Adiós, que es usted más
crédulo que Santo Tomás, aquel que miró a ver si era verdad
que un burro iba volando.
- Enano, espera no cuelgues. Por qué razón me dices todo
cuanto me estás diciendo. Porque me imagino que tendrás
suficientes razonamientos para decirme todo eso.
- No es por nada, jefe. No me haga caso, es que hay días que
me levanto con el pie izquierdo y se me ocurren unas cosas
que ni al tío que se le ocurrió asá la manteca colorá.
- Ya hace tiempo que me dí cuenta de que hacia muchas cosas
con el pie izquierdo. O sea que sé, positivamente, del pie
que cojeas.
- Por favor, jefe, usted nunca ha sido de esa manera, no se
me ande por las ramas y dígame, de una vez por todas, que me
he inclinado a la izquierda.
A esto, también, le voy a contestar, a sabiendas que se va a
morir igual de tonto que cuando nació.
Aquí, en esta vida que nos ha tocado en suerte, hay que
tratar de vivirla lo mejor posible y, sin lugar a dudas,
acercarse al sol que más caliente.
Yo, también fui uno de esos equivocados, caballeros andante
que defendí, a capa y espada, una causa por la que sentía
ciertas simpatías. Aunque tarde, abrí los ojos y me dí
cuenta, mirandole a usted, y el trato que le daban, que no
merecía la pena luchar por defender aquello, que sólo valía
para beneficiar a los “amiguetes” de los mandamás, con
grandes carguitos y ganado una pasta gansa aunque, estos,
hubiésen puestos al partido de chupa domine.
- No te conozco, enano, me estás diciendo que eres un
chaquetero barato. Me das vergüenza.
- No soy chaquetero, jefe, simplemente inteligente. ¿para
qué defender a un partido, a capa y espada, si los que
manda, en vez de agradecerle nada, le toman a uno por
gilipollas.
El que quiera defensa que se pase por taquilla. Esa es mi
ley, tanto tienes tanto vales.
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