La clientela del bar ‘Zona Portuaria’ giraba la cabeza, café
en mano, al escuchar el estruendoso sonido de la sirena del
camión del cuerpo de Bomberos de la Ciudad Autónoma.
“¿Qué estará pasando ahora?”, era una de las preguntas que
todos los parroquianos se formulaban ante la duda de lo
sucedido. La unidad se dirigía a realizar el simulacro. La
puntualidad ‘británica’ y la efectividad máxima. En sólo
unos minutos la zona de pre-embarque era invadida por
grandes mangueras que arrojaban espuma blanca contra las
llamas. El fuego desapreció paulatinamente, antes dejó su
huella en los automóviles ya que todos acabaron en el
desguace.
Una vez realizado su trabajo los componentes del cuerpo
recogen su material y marchan al cuartel. Si todo va bien no
tendrán que volver a enfundarse el traje inifugo, si la cosa
vuelve a arder de nuevo se pondrán manos a la obra. Pase lo
que pase la profesionalidad de este cuerpo de Bomberos es un
seguro de vida para los ciudadanos de Ceuta. Ya sea en la
zona portuaria, ya sea en el mirador de García-Aldave por si
las ‘moscas’.
Digna de elogiar también la actuación de los cuerpos
sanitarios, tanto de Protección Civil, voluntarios de Cruz
Roja y 061. El simulacro para ellos también ha sido muy
productivo, forman parte de una cadena en la que el eslabón
que ellos aportan es fundamental. Si hay una vida en riesgo
su actuación es fundamental para salvarla.
Todos juntos aportan algo que adía de hoy no tiene precio:
sensación de seguridad.
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