No hace falta temer ni vigilar a maníacos o pervertidos, no
pocas veces el verdadero peligro para los menores está en
casa. De 41 agresores, 15 eran el padre biológico de la
víctima y 19 eran madres biológicas de los pequeños
maltratados. Esta es la única verdad absoluta del informe.
El resto de las cifras desbaratan cualquier prejuicio:
respecto al nivel de estudios del agresor, los porcentajes
se dividen por igual, justo lo contrario que en lo que se
refiere a consumo de estupefacientes o sustancias tóxicas,
la gran mayoría, 31 de 41, no consumían ni alcohol ni droga
alguna y 34 carecen de trastorno psiquiátrico alguno y sólo
uno sufría algún tipo de minusvalía psíquica, tres
presentaban minusvalías físicas y tan sólo seis padecía
enfermedades crónicas. Respecto a agresores con antecedentes
penales sólo 5 tienen historial delictivo.Lo que sí parece
un condicionante es la situación laboral del agresor. Así,
la gran mayoría (27 de 41) se encontraban en situación de
desempleo.Pero de entre las características singulares de
los agresores hay una que llama escalofriantemente la
atención. A l a pregunta sobre si ha sufrido u observado
malos tratos en su infancia. Dos agresores contestaron que
sí., dos que no. Y 37 respondieron “no sabe, no contesta”...
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