Una año más, los miembros de la Federación de Actividades
Subacuaticas cumplieron con la tradición de acercarse hasta
la piedra del Pineo para rendir homenaje ala Virgen del
Carmen, en el día grande el de la patrona de la mar.
Desde la diez de la mañana, los deportistas más devotas se
afanaban en el muelle para que todo saliese a la perfección,
anudando a los ramos y coronas de flores las cuerdas que
sirvieron posteriormente para sujetar las flores al pedestal
de la Virgen.
Pasadas las once de la mañana, las embarcaciones se
dirigieron a la piedra del Pineo, donde parecía que nadie se
quiso perder la cita anual, ni las medusas que hicieron como
no acto de presencia, pero no hubo incidente alguno con
ellas.
Uno de los detalles más emotivos fue el bautizo marino de
Aitana, que con cinco meses se sumergió en el mar.
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