El colectivo de panaderos de Ceuta está viviendo una
situación de crisis provocada por la proliferación del
comercio clandestino de pan y repostería procedente de
Marruecos. En los últimos cinco años tres panaderías de la
ciudad se han visto obligadas a cerrar y desde hace cuatro
años, el sector no puede actualizar el IPC al precio de sus
productos. “Se trata de una competencia desleal porque nunca
vamos a poder igualar sus precios. Sin embargo nosotros
pasamos por una serie de controles sanitarios que garantizan
la calidad de nuestros productos”, afirma el presidente de
la Asociación de Panaderos, José Manuel Ruíz García.
La Asociación de Panaderos es una de las más antiguas de la
ciudad, con más de medio siglo a sus espaldas y engloba en
la actualidad a nueve panaderías y más de 100 trabajadores
directos. Sus demandas van dirigidas a las dos
administraciones, Delegación y Ciudad Autónoma, para que se
intensifique el control en las fronteras y se realice un
seguimiento real de la venta ambulante. “Hemos hablado con
Delegación del Gobierno hace menos de un año para que
fortalezcan la vigilancia fronteriza evitando la entrada de
pan con fines comerciales, ya que se trata de un mercado
organizado y no de una venta puntual”, advierte el
presidente de los panaderos, que en su última reunión
determinaron solicitar un encuentro con el presidente de la
Ciudad, Juan Jesús Vivas, para tratar la erradicación de la
venta ilegal y otras demandas del sector, como la revisión
del sistema de subvenciones para la renovación de
maquinaria.
Para José Manuel Ruíz, “el colectivo de los panaderos está
algo olvidado dentro de los sectores que conforman el tejido
comercial de la ciudad, ya que no contamos con una vía
institucional para dar a conocer nuestras dificultades, que
a menudo son diferentes de las de otros colectivos, aunque
pertenezcamos todos al sector del comercio”.
La competencia “desleal” que supone la venta ambulante ha
obligado al sector de los panaderos a mantener, desde hace
cuatro años, los precios estancados, sin poder aplicar
siquiera la subida anual del IPC. “A todo esto debemos sumar
loas lógicas subidas de la electricidad y los combustibles,
además de los salarios de los empleados, a los que sí
aplicamos todas las subidas porque ellos no tienen la culpa
de la situación del sector”, concluye el presidente de la
Asociación de Panaderos.
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El aprendiz, una figura ya en desuso
El sector de la panadería se
enfrenta en Ceuta a otra circunstancia de calado: la
desaparición de la figura del aprendiz, que condiciona el
futuro de un gremio tan antiguo como la existencia del
propio pan. “El aprendiz es fundamental para garantizar el
futuro de los panaderos, ya que ellos reciben el
conocimiento de la elaboración. Es un puesto que debería
figurar en todos los contratos y convenios colectivos,
aunque últimamente hay una carencia muy importante en este
sentido, ya que a los jóvenes les tira más otros trabajos”,
apunta Ruíz, aunque en Marruecos, por ejemplo, existe gran
cantidad de profesionales.
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