Miguel Rivera, cuestionado por los malos resultados del
Écija en las últimas semanas, respiró cuando López Puerta
decretó el final del partido. Su equipo empezó muy bien,
pudo dejar el choque casi resuelto en el descanso, pero sólo
marcó un gol y sufrió en la segunda parte tras el tanto de
Diego Herrera.
El malagueño aseguró que “lo primero que hecho al entrar al
vestuario es darle la enhorabuena a los jugadores por esta
victoria; se la merecían por la entrega y el comportamiento
en los últimos partidos en los que habíamos hecho méritos
para sumar más puntos, pero no habíamos encontrado el camino
del gol”.
Rivera reconoció que “afrontábamos el partido muy
tensionados porque los tres puntos eran muy importantes”
para añadir que “el equipo ha estado muy bien en la primera
parte y podíamos haber logrado algún gol más”.
Con el empate el choque se complicó para los astigitanos,
aunque el técnico local manifestó que “no perdimos la fe y
el golazo de Jorge García nos dio la victoria”.
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