Existe la leyenda de que coger el último avión, a última
hora, y cuando nadie lo quiere, puede costar más barato que
comprarlo en enero. Nada más lejos de la realidd. Los
ceutíes que eligieron sus vacaciones en el último minuto,
una vez acabada la Feria o simplemente cuando se enteraron
de que dispondrían de algunos días que no entraban en su
agenda, pagaron más que los otros.
Uno de los gerentes de la agencia Viajes Trujillo, Manuel
Cantero, explicó que el perfil de esta gente que decide
salir a última hora es una persona jóven o un militar que
adquiere un permiso de varios días. Es un número escaso,
pero se da. Por cuestiones laborales o económicas no todo el
mundo puede saber en diciembre lo que hará en agosto.
Sin embargo, una vez inmersos en los meses de verano, donde
“todo está completo” según el comercial, los turistas pueden
llegar a pagar hasta un 30 por ciento más que los
previsores.
Los motivos son variados. En primer lugar, reina el
conformismo. Uno no puede elegir, el destino está donde hay
un hueco. Generalmente la costa andaluza. O donde alguien no
quiso ir: esto es, anulaciones de grupos o paquetes
turísticos que algunos rechazaros. Por tanto, si alguien
decide a última hora irse de vacaciones tres días a un hotel
de la Costa del Sol, tal vez se vea obligado a pagar cinco
días, porque así lo establece el complejo hotelero. De ahí
que el precio de las vacaciones de última hora se encarezca.
Hay que conformarse con la suitte vacía o quedarse una
“estancia mínima”.
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