De blanca inmaculada,
Nuestra Señora la Virgen de África salió a la
calle para recibir los miles de ramos que fueron
depositados por los fieles que aguardaron
pacientemente su turno ataviados principalmente
de rocieras (ellas) en una auténtica riada de
apasionados ceutíes para cumplir con la
tradición ante la Patrona