La Feria no se basa sola y exclusivamente en cenar, tomar
una copa, presenciar un concierto o subirse a las
atracciones. Las tómbolas también ocupan una parte
importante del Recinto Ferial, y están ahí porque la gente
demanda ese tipo de juego de azar o de destreza, con el
objetivo de conseguir uno u otro regalo.
Una de las tómbolas más visitadas por los ceutíes es ‘La
Pesca del Pato’, que como su propio nombre indica, consiste
en echar la caña a un gran recipiente redondo, en el cual
flotan decenas de patitos de goma con una puntuación al
dorso. Finalizada la partida se suman los puntos de los
patos pescados, y se escoge un regalo que coincida con la
puntuación final.
Éste stand lleva años visitando la Feria de Ceuta debido al
éxito que tiene en la ciudad. El tiempo visitando el Recinto
Ferial ceutí hace de esta tómbola toda una institución en
las Fiestas Patronales de esta ciudad.
Otra de las tómbolas que nunca faltan a la cita ceutí es la
de los camellos. Ésta consiste en ser el jinete más ágil y
rápido de todo el desierto y llegar primero a la meta para
poder conseguir un buen premio.
El mecanismo que mueve el camello se activa al introducir
bolas en varios agujeros dispuestos en una especie de caja.
La puntería y la destreza son las únicas armas con las que
cuentan los jugadores.
Los bingos ambulantes también tienen su espacio en el
Recinto Ferial, acogiendo así a un importante número de
ceutíes.
Entre los muñecos más comunes de esta Feria están los
grandes tigres de peluche, los cuales podemos ver bajo el
brazo de muchos de los que se acercan al Recinto Ferial,
según los propietarios de las tómbolas “debido a la
facilidad que hay en los puestos para conseguir buenos
premios gastando poco dinero”.
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