Llegaron, vieron y se marcharon.
Todo ocurrió rápido, pero al menos la Comisión Europea de
Seguridad, Libertad y Justicia ya cuenta con argumentos
sólidos para poner en marcha las políticas de choque capaces
de paliar la alteración que vive el perímetro fronterizo
tanto en su parte española como en el denominado ‘otro
lado’. Mientras dirigentes políticos se turnan en visitas
fugaces, Marruecos despliega sus fuerzas de seguridad en los
alrededores de la Ciudad Autónoma. Las carreteras de
Castillejos y Tánger se dejan ver estos días plagadas de
militares y gendarmes con objeto de reprimir, a priori,
cualquier tentativa ilícita de cruzar el vallado. ¿Tiene el
país vecino así sus deberes hechos en materia de
inmigración?. La actividad intensa detectada a ambas lados
evidencia que ninguna de las dos administraciones implicadas
se olvidan de los trágicos sucesos de hace casi quince días
y se encuentran expectantes ante la posibilidad de
enfrentarse a otra de similiares magnitudes o incluso
superiores. Ello lo refrenda la partida económica liberada
por el Gobierno central para proveer de tiendas de campaña y
camas supletorias los centros de inmigrantes de Ceuta y
Melilla que, esperemos, no deba ser ampliada en las próximas
semanas salvo que se destinen a mejorar si cabe las
condiciones en las que se encuentran los heridos.
Recrecido de la valla, incremento de efectivos, partidas
económicas de urgencia, reactivación de convenios de
devolución de inmigrantes... la reacción del Estado español
ha llegado y eso es indiscutible, Nieto recibió a los
técnicos europeos con los deberes hechos. La pregunta es,
¿qué puede hacer la Unión Europea por Ceuta?. Decenas de
voces políticas claman la intervención de los 25, pero...
¿alguien ha explicado a los ciudadanos en qué cosiste la
ayuda europea? La pelota ya no está en el tejado de España,
socios del norte y ‘hermanos del sur’ han de ponerse las
pilas.
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