Al igual que en la caza, por certero que sea el primer
disparo, no es suficiente con herir a la presa para colgarla
en la sala de trofeos y en el boxeo no basta con esperar al
último asalto porque marchamos sobrados a los puntos -un mal
golpe te puede noquear cuando menos te lo esperas-, en el
fútbol tampoco se pueden marrar infinidad de ocasiones para
matar un partido que pronto se ha puesto de cara. Si no que
se lo digan al Club Gimnasio Goyu-Ryu, que ayer fue incapaz
de conservar ante el Sevilla FC el madrugador gol de ventaja
marcado por José (minuto 11) y acabó empatando 1-1, merced
al postrero tanto rubricado por el nervionense Fernando en
el último lance del primer período.
El equipo caballa saltó al césped del José Martínez Pirri
con un 4-1-4-1 formado por Terrén en la puerta, que recuperó
la titularidad en detrimento de Samuel tras cumplir cuatro
partidos de sanción. Los debutantes Jesús, procedente del
Mairena, y Ángel Moreno, de la AD Ceuta, formaron una sólida
aunque desengrasada pareja de centrales, mientras que Juanma
y Wi completaron la línea defensiva en los laterales derecho
e izquierdo, respectivamente. Marzok, que estuvo intratable
en el corte durante todo el choque, mandaba delante de la
zaga. Los extremos Bilak y el también debutante Sufian,
fichado a la AD Ceuta, José y el mediopunta Julio ocuparon
la zona ancha en el esquema de Tayo. Y, finalmente, el
trianero Lino asumió la responsabilidad ofensiva como único
punta.
El dibujo le salió a pedir de boca al entrenador gimnasta.
Sus pupilos se hicieron dueños del partido desde el pitido
inicial, no dejaron un hueco para la progresión del Sevilla
FC, incapaz de penetrar más allá de la zona ancha, y
escupían todos los balones para que Lino o Julio se colaran
en la línea de flotación del rival como Pedro por su casa.
El asedio se confirmó llegado el minuto 11, cuando José se
encontró con un defectuoso despeje de la zaga sevillista al
saque de un corner e inauguró el marcador, batiendo por bajo
y a placer a Po.
El cuadro blanco, sin centro del campo ni transición en el
juego, se vio obligado a adelantar la presión y a abrir las
líneas, lo que permitió al Goyu-Ryu establecer rápidos
contraataques tejidos hacia las bandas. En este contexto,
los ceutíes gozaron de múltiples ocasiones para finiquitar
el compromiso, pero los puntas amarillos tenían la bota
torcida. Ni Lino ni Julio encontraron la vía del gol.
Tanto fue el cántaro a la fuente que la escuadra sevillana
se deshizo poco a poco de la asfixiante intensidad defensiva
hurdida por el Goyu-Ryu y Cordero ensayó un pelotazo al
larguero desde fuera del área mediado el minuto 40, el
primer disparo de su equipo entre los tres palos. El aviso
fue una premonición, ya que al borde del descanso Fernando
recibió un pase interior que sorprendió a la despistada zaga
local y picó el balón ante la salida de Terrén. Un jarro de
agua fría que cambió la tónica del encuentro.
Ya en el reanudación los hombres de Juan Lozano, el
entrenador del Sevilla FC, empezaron a tocar la pelota con
más criterio -Cordero y Javi Barranco, sobre todo- y a
alargar las posesiones, lo que sirvió para contrarrestar el
poderío físico desplegado por los gimnastas. Pese a ello,
las mejores oportunidades seguían correspondiendo a los
caballas: Mauri casi cuela un chutazo a pase de José (min.
73) y Lino falló la mejor solo con el portero después de
ganarle la espalda a un adversario. Sin embargo, el
cansancio hizo mella en el cuadro de Tayo y el Sevilla FC
vivió sus mejores minutos. Espinar y Cordero estuvieron a
punto de dar un susto al final, pero al final no pasó a
mayores.
|
Jesús y Moreno hicieron olvidar la baja de Adrián
La baja del defensa Adrián, que ayer no pudo jugar por
cumplir un partido de sanción tras ser expulsado en el
choque ante el Real Jaén, fue cubierta con solvencia por la
pareja de centrales formada por Jesús y Ángel Moreno. Uno y
otro zaguero acaban de incorporarse a la disciplina del Goyu-Ryu
y ayer celebraron su debut ante la afición del Martínez
Pirri, un compromiso que saldaron con notable. Aunque la
conexión no está ni mucho menos totalmente engrasada,
demostraron que pueden ser un seguro de garantías. También
habría que destacar la labor en el corte de Marzok, un
inabordable perro de presa, y la insistencia de Lino de cara
a puerta.
|