En la madrugada del sábado, un nuevo incendio ha afectado a
una propiedad del empresario Mohamed Mohamed Abdeselam que
la semana pasada ya denunció ante la Policía un incendio
intencionado en su Hamburguesería ‘Gran Max’. En esta
ocasión, el local afectado ha sido la lavandería que este
hombre posee en la calle Teniente Coronel Gautier en la
barriada de Hadú.
Según ha relatado el empresario afectado, en la madrugada
del sábado alguien roció con gasolina su lavandería,
provocando un incendio que afectó a la peluquería del local
anexo. Con este son ya tres los incendios que ha sufrido
este empresario en las últimas semanas y Mohamed Abdeselam
ya no sabe qué hacer. Asegura que no tiene enemigos y que
estos hechos constituyen “una amenaza contra mí y contra mi
familia”. De momento las pesquisas policiales no han dado
ningún resultado y el dueño del local tiene miedo de que
todo quede en el olvido y nunca se llegue a saber quién ha
sido el culpable. Él asegura que no tiene ningún indicio de
quién ha podido ser ya que nunca “he recibido amenazas de
ningún tipo” aunque afirma que en el barrio se oyen
comentarios de que pudiera tratarse de una banda organizada.
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Uno de los ‘bromistas’ de Málaga reside en Ceuta
La falsa amenaza de bomba que tuvo
el pasado sábado en jaque a las fuerzas de seguridad del
aeropuerto malagueño Pablo Ruiz Picasso durante las primeras
horas de la mañana, tuvo como protagonista a un joven
residente en Ceuta.
La alarma saltó cuando, durante el vuelo Estocolmo-Málaga,
tres individuos comentaron que llevaban encima “algún
material que afectaba a la seguridad del vuelo”.
Inmediatamente, se activó el Plan de Emergencias en casos de
colocación de explosivos en una aeronave y cuando el avión
aterrizó en suelo español, los tres sospechosos fueron
aislados hasta que se comprobó que todo era una broma de mal
gusto. Los sospechosos eran dos magrebíes y un individuo
residente en Ceuta.
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