Los alrededores de la Basílica Tardorromana de la Ciudad
presentan un estado de abandono en el que la suciedad, los
malos olores y los desperfectos llevados a cabo por algún
desaprensivo se han convertido en el mayor ‘atractivo’ de
esta parte del conjunto monumental de la Basílica,
considerada parte del patrimonio histórico de Ceuta.
Los destrozos en esta zona son bastante habituales pero
siempre han sido reparados por los operarios de la Ciudad.
Sin embargo, hace casi un mes que se dieron los últimos
daños y los cascotes continúan abandonados, a veces
esparcidos por el suelo y otras amontonados sobre lo que
queda en pie, en función del criterio que tenga quien se los
tropiece.
Suciedad y pintadas
Pero este no es el mayor problema de esta zona. La suciedad
invade cada rincón y la piedra del conjunto monumental
comienza a convertirse en el vehículo de expresión idóneo
para los que se empeñan en dejar constancia de que pasaron
por allí. Además, el constante olor a orines de la zona hace
muy desagradable el tránsito por la vía.
La respuesta de la Consejería de Cultura cada vez que se
produce algún desperfecto en esta parte del conjunto
monumental de la Basílica ha hecho referencia a la necesidad
de concienciar a los ciudadanos desde la educación. La
posibilidad de proteger este entorno de alguna manera
tampoco se plantea como posible por parte de la Ciudad
Autónoma por lo que la situación se perfila como constante e
inevitable. La conciencia ciudadana parece ser la única
solución.
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