El polígono comercial del Tarajal permanecía ayer
prácticamente vacío. Ni siquiera en el café había clientes a
mediodía. La celebración del fin del Ramadan ha hecho que la
mayoría de los porteadores y compradores no hayan reanudado
aún la actividad en la zona. Los comerciantes esperan que a
partir de la semana que viene el ritmo comercial en el
Tarajal vuelva a la normalidad.
A pesar del parón del Ramadan, la mayoría de los
comerciantes expresaron ayer su malestar por las escasas
ventas que se están produciendo en los últimos meses. A este
hecho achacan varias razones, entre ellas, la presencia de
material procedente de la Barriada del Príncipe en el
polígono.
Achucha, que trabaja en un almacén que dispensa alimentos,
menage de hogar, etcétera, asegura que en el Tarajal se
descargan y salen hacia Marruecos muchas mercancías de este
barrio, llenándose la zona de vehículos y haciéndola
intransitable. Antonio, otro de los comerciantes, critica
esta misma situación y añade que se trata de personas que no
pagan el alquiler de las naves, o las licencias fiscales.
“Los únicos perjudicados somos nosotros”, señala.
La mayoría también señala que el paso del Biutz, de reciente
apertura, no ha conseguido organizar la actividad diaria en
el Tarajal. “Aquí hay colas inmensas, de 500 o 600 personas
algunos días”, asegura Alfonso, de un almacén de
electrodomésticos. Además, “las ventas han bajado respecto
al año pasado”. La importación marroquí de mercancía textil
procedente de China ha influido en el descenso, según
explican algunos de los vendedores. Aunque también hay
opiniones más positivas: el balance en algunos almacenes es
similar al de 2004 por estas fechas.
Por otro lado, también advierten que hay menor poder
adquisitivo en Marruecos. “Pero no podemos dejar el negocio
parado a pesar de todo esto”, concluyen los comerciantes.
De momento, esperan la llegada progresiva de los compradores
y porteadores de Marruecos, que comenzarán a llegar mañana,
aunque lo harán de forma masiva el lunes.
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“Llevamos una semana sin gran movimiento”
Santiago es gerente del Atheneo
Servicios Ceuta, un almacén dedicado a la venta de mercancía
textil. Asegura que las ventas del negocio no son todo lo
buenas que cabía esperar, sobre todo desde el jueves, día en
el que comenzó a celebrarse el Ramadan. “Llevamos casi una
semana muertos, sin movimiento”. Pero Santiago también
percibe un descenso en el poder adquisitivo de los
marroquíes. Hace años, en el Atheneo descargaban unos seis
trailers de ropa y ahora, según explica el gerente, sólo lo
hace uno, “porque ya no se compra tanto y nosotros estamos
aquí por ellos y nos movemos en función de lo que compran”.
Sobre el paso del Biutz opina que, tras su apertura, “no se
está ni mejor ni peor, no ha cambiado nada, se está igual”.
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