Ceuta prácticamente vive
acostumbrada a la llegada de inmigrantes ilegales hasta sus
costas, pero en ocasiones existen acciones, como la vivida
ayer, que pone de manifiesto la solidaridad y humanidad de
los ceutíes.
Los inmigrantes que llegaron hasta
la zona de Santa Catalina tuvieron la suerte de toparse con
la presencia de Francisco, un guardia civil que se
encontraba fuera de servicio realizando deporte por la zona
y que tras encontrarse con dos inmigrantes descalzos,
empapados y desorientados, enseguida supo que un nuevo y
dramático episodio de inmigración se estaba produciendo en
la ciudad. En ese instante Francisco preguntó a los
inmigrantes que cuando habían llegado y donde, poniéndose
manos a la obra para intentar rescatar a todos los que
supuestamente venían en la embarcación.
Tras dar aviso de la llegada de
esta embarcación y del peligro que corrían estos
inmigrantes, Francisco no dudó en correr hacia la playa de
Santa Catalina donde pudo localizarlos dos ya por la playa y
otros dos aferrándose, asustados, a una de las rocas de la
zona. Ante lo que podía convertirse en una tragedia, tanto
Francisco, como los operarios de Parques y Jardines que se
encontraban en la zona, trabajadores del cementerio, dos
militares que acaban de salir de un servicio y las personas
que se encontraban por allí, no dudaron en aunar sus fuerzas
para entre todos colaborar y lograr rescatar a estos
inmigrantes, tal y como finalmente así ocurrió.
Francisco resaltaba a EL PUEBLO,
que uno de los inmigrantes que se aferraba a la roca estaba
totalmente desnudo, tiritando y llorando como un niño. En
ese mismo instante lo único que pudo hacer fue quitarse su
chuvasquero y tapar al inmigrante.
Una vez en la zona de la rotonda
de Santa Catalina, todos los presentes intentaban presentar
su primera ayuda a los cuatro inmigrantes rescatados, que
entre tiriteras y lágrimas, se veían desbordados por todas
las atenciones.
Té y café caliente de los
desayunos de los trabajadores de la zona, junto con ropa
seca que cada uno le iba dando de lo que tenía, así como sus
bocadillos, se les entregaba a la vez que los frotaban con
fuerza con el único objetivo de conseguir que los
inmigrantes entraran en calor, mientras esperaban la llegada
de las ambulancias de la Cruz Roja que tardaron más de lo
habitual porque primeramente se trasladaron hasta el puerto
deportivo.
Francisco, que como indicamos en
párrafos anteriores es Guardia Civil, aseguraba a EL PUEBLO
en los 26 años que lleva perteneciendo al cuerpo “son muchas
las veces que vives situaciones similares pero nunca te
acostumbras”.
Igualmente puso de
manifiesto que ayer tuvieron graves problemas de cobertura,
indicando que las transmisiones que intentaban realizar sus
compañeros de la Benemérita eran infructuosas, debiéndose
apoyar a través de los teléfonos móviles, a través del 062 y
el Centro Operativo de Servicios (COS).
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