Los planes de empleo siempre ha
tenido como finalidad llevar a cabo acciones formativas,
dirigidas prioritariamente a los trabajadores desempledos,
para proporcionarles una formación ajustada a las
necesidades del mercado de trabajo que atienda a los
requerimientos de productividad y competitividad, así como a
las aspiraciones de promoción profesional y desarrollo
personal de los trabajadores, favoreciendo el reconocimiento
efectivo de la formación que reciben .
Estas acciones formativas debían
dirigirse a proporcionar a los trabajadores una formación
que les capacite para el desempeño cualificado de las
distintas profesiones y el acceso al empleo. Al menos para
eso nacieron los planes de empleo.
Sin embargo, en los últimos años
la finalidad de los planes de empleo se va alejando su idea
primigenia, girando hacia un concepto estrictamente de ayuda
social. En este último Plan de Empleo correspondiente a
2015/2016, la consejería de Asuntos Sociales perteneciente a
la Ciudad Autónoma ha gestionado un cupo del 35%,
seleccionando casi 400 personas de su censo.
De este modo, todo hace indicar
que este giro se agudizará aún más en los próximos años si
nos atenemos a la declaración de intenciones de los
políticos ceutíes. En este sentido, a primera actuación de
Caballas en esta legislatura fue instar al Gobierno de la
Ciudad, haciéndolo formalmente en una Junta de Portavoces, a
“corregir los criterios de selección de los planes de empleo
para poner el acento en el estado de necesidad” de las
personas. El partido de Mohamed Alí considera que la
prioridad debe ser “atender en primer lugar a quienes no
tienen nada”.
Por otro lado, Ciudadanos insiste
en que los Planes de Empleo deben manifestarse como una
solución temporal, “pero siempre alcanzando a quienes
realmente lo necesitan”.
Por su parte, el MDyC va más allá
en sus aspiraciones y solicita que se dé prioridad “a
quienes reciben ayudas de alimentos. Hay que empezar por
quien más lo necesita”, afirma la portavoz del partido,
Fátima Hamed.
Desde el PSOE de Ceuta defienden
también ”que en principio los criterios deben ir hacia los
colectivos más desfavorecidos de nuestra ciudad”, afirmando
que “hay familias en las que ningún miembro recibe ingresos
de ninguna clase, no están trabajando y requieren ayuda para
poder cubrir los gastos mínimos necesarios que suponga
atender sus necesidades básicas”.
Fuera como fuese, la
realidad es que este giro, que ha comenzado a dar los planes
de empleo, va a provocar que muchos de los 13.000 parados
que existen en Ceuta ya piensen en dirigirse a Asuntos
Sociales, habida cuenta que los censados en la consejería
disfrutan de preferencia ante aquellos que tan sólo estén en
el listado del SEPE aunque lleven demandando un empleo
muchos años.
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