El desarrollo de la Operación Paso
del Estrecho (OPE), que lleva ya activa 23 jornadas,
coincide estos días con un momento de máxima amenaza
terrorista para España. Hay que recordar que el Ministerio
del Interior acordó a finales de junio elevar el nivel de
alerta terrorista del 3 en que se encontraba hasta ahora el
país a 4 (el máximo es 5) de riesgo muy elevado en el
contexto del Plan de Prevención Antiterrorista. Así se
decidió tras los atentados ocurridos en Francia, Túnez,
Kuwait y Somalia.
La pasada semana el titular de
Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció que ese nivel de
alerta se iba a mantener “porque se ha hecho una evaluación
correspondiente por los servicios de inteligencia
antiterrorista, Policía y Guardia Civil”, que determina que
es “absolutamente imprescindible y necesario continuar con
ese nivel de alerta, tal y como recogía la agencia Europa
Press.
Dicho plan prevé una evaluación
constante, periódica y frecuente. El nivel de alerta actual
significa que “se intensifican por parte de todas las
unidades de servicios destinados a la lucha antiterrorista
todas las labores de prevención y protección especialmente
la protección de potenciales objetivos de atentados
terroristas y de infraestructuras críticas”.
El importante flujo de viajeros y
vehículos durante el desarrollo de esta operación, una de
las más importantes a nivel la hora de afrontar la seguridad
nacional. Durante la OPE se prevé el paso por todos los
puertos que participan de 2,5 millones de personas y 600.000
vehículos (1,7 millones de viajeros y 450.000 coches por
Algeciras y Tarifa). Se considera que estos flujos de miles
de inmigrantes que pasarán por los puertos pueden ser
utilizados para infiltrar combatientes del estado islámico
que han sido entrenados en Siria o Irak para posteriores
atentados.
Fuentes de la Policía Nacional
quisieron dejar claro que durante la OPE la gestión de los
controles se intensifica habitualmente y que ello está
resuelto por parte de los efectivos mediante los sistemas de
identificación. Los pasajeros son identificados mediante la
documentación pertinente y la utilización de los billetes
que son nominativos. En cualquier caso, la amenaza vendría
determinada especialmente por la entrada de viajeros en
territorio nacional, eso sí, durante la operación retorno,
que es cuando estos presuntos “infiltrados” podrían pasar
por los puertos.
El control de viajeros y vehículos
se lleva a cabo mediante un sistema de control informático
muy sofisticado. Se trata de detectar si el documento del
viajero corresponde a una identidad falsa, aunque el
documento no sea falso, por ejemplo.
Todos los años se desarrolla,
además la demominada Operación Minerva, en la que
intervienen efectivos de diferentes países europeos, como
refuerzo para la OPE en su fase de retorno. Interviene,
además de los guías caninos, personal especializado en
Extranjería y en detección de documentos falsos y personal
de fronteras.
Una novedad, es la
incorporación en el puerto de Algeciras, en concreto en la
estación marítima, de los módulos de identificación
inteligente mediante un sistema inasistido de paso de
frontera.
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