En el Hospital Universitario de Ceuta se vivió durante la
pasada madrugada del lunes un hecho que presuntamente ha
querido ser ocultado pese a la gravedad del mismo, y es que
por una presunta negligencia médica practicada por la
ginecóloga que estuvo de servicio dicha noche, un bebé
falleció durante el parto.
Pese a contar con toda la información, la cual llegó hasta
este diario a través de diferentes fuentes, EL PUEBLO
intentó conocer todas las versiones posibles, incluso la del
Ingesa, aunque desde la institución sanitaria no se quiso
realizar ninguna declaración al respecto.
La que si quiso contar su versión de los hechos fue la
familia del bebé fallecido. Su padre, su abuela y una tía
del pequeño atendieron a este medio para denunciar como la
ginecóloga M.C.U.B., desatendiendo a las auxiliares y
matronas que estuvieron asistiendo el parto, se “empecinó”
en extraer al niño del útero de su madre utilizando las
llamadas ventosas, pese a que según los familiares, “las
matronas advirtieron a la ginecóloga que la madre era
estrecha de cadera” y que además “el pequeño se encontraba
atravesado, por lo que lo idóneo era realizar una cesárea”.
Esas explicaciones, tal y como así aseguran los familiares,
destrozados por la muerte del pequeño, no fueron lo
suficientemente convincentes para la ginecóloga que continuó
intentando extraer al bebé con las ventosas, algo que
finamente logró pero a costa de ocasionarle, presuntamente,
daños tan graves que finalmente podrían haber sido los
causantes de la muerte del niño, tal como señalan la
familia.
Muy afectados por lo ocurrido, los familiares del bebé
todavía no tenían claro ayer si llevar ante la justicia lo
ocurrido o no. Y no porque para ellos no esté claro que
existió negligencia por parte de la ginecóloga, sino porque,
tal y como así lo aseguran, “esto nos va a generar mucho más
dolor ya que nos vamos a ver inmersos en un proceso judicial
que se va a alargar en el tiempo y al final no va a servir
de nada porque a mi hijo ya no me lo va a devolver nadie, a
mi hijo me lo han matado”.
La madre del pequeño fallecido, Fatima Sohora, de tan sólo
24 años, permanecía ayer bajo los efectos de los
tranquilizantes, ya que no es capaz de superar la muerte del
que iba a ser su primer hijo.
Por su parte, la abuela del pequeño no alcanzaba a entender
como la dirección del Hospital no ha apartado desde hace
tiempo a la ginecóloga del servicio, asegurando que
“nosotros ya no queremos nada, a nosotros ya no nos va a
devolver a mi nieto nadie, pero la dirección del Hospital
debe hacer justicia y que este dolor no lo tenga que sufrir
ninguna otra familia”.
Además también denunciaba que “no contenta con lo que le
había pasado a mi nieto, a mi nuera, después de haberla
acribillado, le dejó la placenta dentro, provocando que
posteriormente tuviera que venir el anestesista para
dormirla y meterla otra vez en quirófano para sacarle la
placenta, dígame usted si esto es humano”.
La abuela del bebé no podía contener su rabia y aseguraba
que la ginecóloga “ha cometido un crimen, con todas sus
letras, un crimen. Ha destrozado una familia y ha matado a
un bebé de tres kilos y medio”.
La dirección del Hospital Universitario ha asegurado a la
familia que va abrir una investigación interna, pero estos
confiesan a este diario que duden que dicha investigación
finalmente se haga o que realmente refleje lo que ocurrió,
ya que para la familia “esta investigación interna tan sólo
va a valer para taparse unos a otros”. En este sentido, el
padre del pequeño era claro y contundente “si el jefe del
Hospital sabe lo que hay y lo que ha ocurrido, no hace falta
ir a juicio, debería actuar con firmeza, tomar medidas,
expedientar a esta mujer y retirarla del servicio”.
Además, el padre del pequeño también se quejaba del trato
recibido por la ginecóloga, asegurando que entre las
lindezas que le dedicó a su mujer estuvo la frase: “venga,
venga, esto tiene que terminar rápido que las mujeres en el
desierto paren solas”, o también “¿esta qué es, otra de
Marruecos?”, recriminando además que ni siquiera se dignara
a mirar el historial del embarazo, el cual ha sido seguido
desde el primer momento por un ginecólogo privado, el doctor
Lupiani, y en cuyos informes queda patente que “todo el
embarazo ha ido perfectamente y que el niño venía
perfectamente sano y sin ningún problema”.
“En el paritorio le decía la matrona, que es una bellísima
persona, vamos hacer las cosas bien, déjame a mi, quítate de
ahí, no le pongas más ventosas”, asegura la tía del bebé
quien también destaca que gracias a la actuación de la
ginecóloga, “no sólo mi sobrina ha perdido el niño sino que
además se la desgarrado el útero”.
La familia, que todavía no tiene claro si finalmente acudirá
a la justicia o no, cuenta con el apoyo de muchas personas,
entre ellas las propias matronas que asistieron al parto, y
varios agentes del CNP, que inicialmente fueron llamados por
un presunto altercado que estaba provocando la familia pero
que finalmente fueron testigo del trato y la atención que
recibieron estas personas durante unos momentos tan
complicados y difíciles como la pérdida de su primer hijo.
|