Los vecinos creen “fundamental” y como medida principal “que
las fuerzas de seguridad tanto del estado como de la ciudad,
ejerzan una mayor presión y control sobre estos delincuentes
y sobre la facilidad de paso por nuestra frontera a personas
sin documentación o que se encuentren de forma ilegal en la
ciudad”.
Por supuesto entienden que no se puede disponer de una
dotación en exclusiva para la zona, pero sí opinan que “se
deberían realizar rondas periódicas a las horas más
conflictivas de forma que solo su presencia sirviera de
efecto disuasorio a estas malas gentes”, añadiendo que es
necesario “controlar el acceso”, puesto que como argumentan,
“no existe actividad comercial ni industrial en la zona, ni
equipamientos sociales o de cualquier otra índole, solo van
en su mayoría a ver de que se pueden apropiar en los
despistes o salidas de los propietarios”.
Refugios y dormideros
Un aspecto importante que destacan los vecinos esque
“existen actualmente, distintas construcciones por la zona,
utilizadas como refugios y dormideros de estos personajes,
donde incluso ocultan los grandes robos, para esperar a que
se pase el ruido y poder trasladarlos para su venta en
mercados negros o a los famosos chatarreros de Marruecos”.
Entre ellos, se tienen localizados varios, en concreto “el
antiguo Centro de los Menas de San Antonio (actualmente en
desuso pero abandonado), la denominada Casa de Andalucía (un
antiguo restaurante y garito desafortunado propiedad de
particulares) y unos antiguos barracones y bunkers de Cuatro
Caminos, junto a la intersección de la Carretera de acceso
al Desnarigado”.
En opinión de lo vecinos “se deberían demoler o clausurar
estas construcciones, actuando de forma distinta sobre las
mismas según su tratamiento oportuno”. En este sentido, la
Ciudad Autónoma debería “ejecutar un proyecto de
recuperación de la Emita de San Antonio (edificación con
nivel de protección arquitectónica) así como una zona verde
o equipamiento social como el local de la barriada.
En el caso de la propiedad privada, los vecinos instan “a la
demolición de aquellas edificaciones fuera de ordenación y
abandonadas para que no sirvan de refugios ilegales y en el
caso de los barracones en ruina, igualmente su demolición
definitiva”.
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