La Asociación de Transportistas de
Ceuta ha vuelto a salir a la palestra para denunciar la
falta de control en la zona portuaria sobre los inmigrantes
que intentan colarse en los barcos y bateas para cruzar en
la península. El último caso que han detectado se dio ayer
mismo cuando varios de los transportistas que tenían
pendiente embarcar descubrieron en una batea a cinco
inmigrantes tras un doble fondo que habían construido ellos
mismos y que pasaba desapercibido a la vista. El temor,
explica el vicepresidente de la asociación, Manuel Sánchez,
es que estos inmigrantes no sean detectados por los
trabajadores, sino por el control de la Guardia Civil y que
se impute a los transportistas delitos de tráfico de
inmigrantes. Algo que ya ha ocurrido, aunque finalmente los
afectados han sido absueltos. No obstante, en este colectivo
están preocupados por que uno de estos casos les pueda pasar
factura e incluso llevarles a la cárcel. Por ello, reclaman
más control en el puerto y que no se permita el paso a nadie
ajeno a la zona portuaria.
No es la primera vez que la
Asociación de Transportistas denuncia esta situación. Sin
embargo, lamentan que nadie haya tomado cartas en el asunto.
Sánchez incluso explica a EL PUEBLO cómo han intentado
reunirse con Delegación del Gobierno sin obtener más que la
respuesta de que ya son conscientes de sus reivindicaciones
tras leer la prensa. “Les da igual lo que nos está pasando”,
lamenta el vicepresidente de la asociación que alerta de que
estos casos de inmigrantes que se cuelan en las bateas les
afecta “más de lo que parece”.
Un negocio de terceros
Para los transportistas su día a
día incluye un minucioso rastreo en las bateas que van a
embarcar para evitar que en ellas haya inmigrantes
escondidos. Estos polizones ya se saben todas las fórmulas
para colarse. Dobles fondos dentro de los contenedores, en
los bajos, en los laterales, o incluso quitar los motores a
las bateas frigoríficas para esconderse en esos huecos. Lo
han intentado casi todo y así lo explican los transportistas
en el puerto que incluso trasladan su sospecha de que
alguien les esté facilitando las herramientas para hacer tan
sofisticado trabajo a cambio de dinero. De lo contrario,
dejan ver, es imposible que estas personas realicen dobles
fondos “tan perfectos”.
Los inmigrantes, critican los
transportistas, están a plena luz del día en la zona del
muelle de Poniente y se cuelan “sin que nadie les diga
nada”, señala Sánchez. No obstante, en el control de entrada
queda claro que la entrada está prohibida a todo el personal
ajeno a las actividades del muelle. También hay cámaras y
guardias civiles. “Lo que no hay es interés por evitar que
los inmigrantes estén ahí”, apostilla el vicepresidente de
la Asociación de Transportistas.
Para estos trabajadores, lo grave
no es que los inmigrantes, con sus dobles fondos “fastidien
la batea”, sino que les puedan imputar un delito cuando, a
diario, son ellos los que están pendiente de que no se les
cuele un polizón. Entienden que este no es su trabajo y
lamentan que se haya convertido en un peso para ellos por
“la dejadez en el control de la zona portuaria”.
Desde la Asociación de
Transportistas insisten así en su reivindicación para que
Delegación del Gobierno actúe de forma urgente y se evite la
entrada de inmigrantes en el muelle de Poniente para aliviar
de esta presión a los transporistas y evitar que haya
polizones tanto en bateas, como en los buques o ferrys.
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