General de Brigada Juan bautista Sánchez Gamboa. Metódico
y cartesiano, de lenguaje didáctico, con un excelente
currículum profesional y una rica experiencia operativa. Muy
vinculado a la Brigada Paracaidista, fue segundo jefe de la
Comandancia General de Ceuta y profesor de Estado mayor en
las Fuerzas Armadas Reales (FAR) de marruecos. Las XIII
Jornadas de Geopolítica y Geostrategia continuan hoy, a las
18.00, en el Salón de Actos del Palacio de la Asamblea con
“El proceso de radicalización en Ceuta”, a cargo de Carlos
Rontomé Romero, profesor tutor en la UNED de Ceuta, para
seguir a continuación con “La radicalización en España”, de
Manuel Llamas Fernández, coronel Jefe de la Comandancia de
la Guardia Civil de Granada.
Pregunta.- Guarda usted una añoranza de Ceuta
Respuesta.- No puede ser menos. Además de entrañables
vínculos familiares, el Museo de Regulares custodia la
primera medalla militar concedida a mi abuelo, durante algo
más de un año tuve el honor de servir como Segundo Jefe de
la Comandancia General de Ceuta, algo imborrable en los
recuerdos de mi vida personal y profesional.
P.- Diría que la “Inteligencia” es el cimiento de la
guerra. “Conoce a tu enemigo para vencerlo”, dijo Sun Tzu
R.- Está claro. Es fundamental estudiar al terreno y al
enemigo en detalle, transformando la información en
inteligencia. La inteligencia militar es metódica y lógica,
nada que ver con las adivinaciones mágico-religiosas de los
augures de la antigua Roma.
P.- Qué diría del yihadismo o si me permite del “yihaterrorismo”,
a fin de no caer en el confuso discurso de “la gran yihad y
la pequeña yihad” .
R.- Primero que el yihadismo o yihaterrorismo como usted
dice, es homogeneo en ideología si bien tiene diferentes
objetivos y procedimientos. Hay contradicciones internas en
términos operativos, pero los procedimientos (tácticas) y
los objetivos finales son comunes.
P.- ¿Cuáles serían algunas de esas diferencias?
R.- Al Qaïda por ejemplo pareció optar por el macroatentado
en sí, pero la gran amenaza del Estado Islámico (EI) es
doble: por un lado ocupar, ya lo ha hecho, un territorio
desde el que proclamar un estado y a la vez reclamar la
legitimidad del califato. En África, una parte de Libia y
Boko Haram en Nigeria se han adherido al autoproclamado
“califa” del Estado Islámico, prestando la “b´eia” y eso
supone un enorme salto cualitativo. La “novedad” del Estado
Islámico es triple: solicita la “b´eia”, impone un mando
unificado y exige la aplicación de la sharia o ley islámica.
P.- Volviendo a la Inteligencia militar, ¿es entonces
operativa?
R.- No exactamente. La inteligencia da luz, pero no decide.
Se trabaja en equipo, intentando aportar a la cadena de
mando los datos necesarios para que se tomen las medidas
oportunas.
P.- ¿A qué nos enfrentamos exactamente?
R.- Esa es la pregunta. Diría primero que el panorama
estratégico es mutante y complejo, a la vez que con el
Estado Islámico nos enfrentamos a militantes disciplinados,
muy motivados y en bastantes ocasiones muy bien preparados.
Además, el Estado Islámico está sabiendo articular
militarmente tácticas convencionales con otras de guerrilla,
por no hablar del uso y abuso más brutal del terrorismo puro
y duro.
P.- ¿Entonces?
R.- Es que no es solo el Estado Islámico. Hablemos de Boko
Haram. O la insurgencia yihadista en Libia y Argelia. No
podemos dar respuestas únicas a un enemigo heterogéneo en un
escenario mutante, en el que además abunda la confusión. La
respuesta debe ser flexible y adaptada a las circunstancias.
P.- Volvamos entonces a la “Inteligencia” como medida
primaria e incluso preventiva.
R.- Efectivamente, es clave saber adelantarnos a las
acciones del enemigo, en este caso el yihadismo terrorista.
Le insisto en que el escenario es incierto y mutante,
nuestra adaptación debe de ser sistemática, el riesgo es
transnacional, superando con mucho las fronteras de los
estados-nación e incluso de los conjuntos políticos
regionales. En conclusión, la amenaza es compleja y diversa
y lo primero para enfrentarnos con éxito a la amenaza
terrorista es la unidad de acción.
P.- Pintan bastos entonces
R.- Hay que aunar las respuestas nacionales, bilaterales y
multinacionales.
|