Los cuatro polígonos que conforman el Tarajal arrastran una
deuda de 75.000 euros por el servicio de seguridad que se
prestó en el recinto hasta el mes de diciembre y que ahora
se pretende retomar con una nueva empresa. Al final de
noviembre, la empresa que vigilaba las naves y el paso de
porteadores dejó de operar porque se le debía más de 100.000
euros. Ante esta situación, los empresarios se
comprometieron a ir abonando lo adeudado en el menor tiempo
posible y fijaron una cantidad mensual para abonársela a la
empresa de seguridad. Sin embargo, según las fuentes
consultadas por EL PUEBLO, cuatro meses después aún se deben
75.000 euros y no todos los polígonos están poniéndose al
día. Este es el caso de la Fase II, cuyos propietarios al
parecer no han abonado nada desde diciembre, y deberían
33.000 euros a la empresa que prestaba el servicio de
seguridad. Mientras, los otros tres están pagando lentamente
y todavía no se han puesto al día, ya que deben facturas
desde julio y agosto, según ha podido saber EL PUEBLO.
Además, en unos días podría presentarse una denuncia por
esta situación.
Los problemas para cobrar parece que se llevaban arrastrando
meses por la falta de ayuda y subvenciones de la que los
propietarios se han llegado a quejar en varias ocasiones.
Todo ello provocó que, en menos de un año desde que se
pusiera en marcha, se dejara de prestar el servicio que
estuvo en marcha desde enero a final de noviembre. Esto
desencadenó el caos en el Tarajal y por ello desde
Delegación del Gobierno advirtieron a los propietarios de
los polígonos que debían restablecer el servicio de
seguridad ya que, de lo contrario, se intervendría en la
zona. El aviso se hizo en enero, pero desde entonces no se
ha concretado nada y, aunque se lleve un mes informando de
que la llegada de vigilantes de seguridad en el polígono es
cuestión de días, no se ha firmado aún ningún contrato que
lo corrobore.
Mientras, la estampa habitual en el polígono, sobre todo en
diciembre, enero y febrero, han sido los colapsos, tumultos
y algarabías en las que incluso se han registrado heridos
que han tenido que ser trasladados al hospital. La seguridad
parece la respuesta, pero la deuda acumulada con la anterior
empresa que prestaba el servicio y la falta de concreción de
un nuevo contrato, está dilatando una situación
insostenible.
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La seguridad nocturna no está en manos de vigilantes, sino
de personal puesto por los propietarios
Actualmente la única vigilancia,
al margen de los agentes de Policía Nacional, que hay en los
polígonos es la que llevan a cabo personal contratado por
los propietarios de las naves y que carecen de una
titulación de vigilantes de seguridad según las fuentes
consultadas por EL PUEBLO. Es una práctica que se ha llevado
a cabo para tener cierto control sobre las calles del
polígono en las horas en las que las naves permanecen
cerradas. Una práctica que los empresarios tienen la
intención de mantener, al menos, así lo han expuesto hasta
el momento.
No obstante, habrá que esperar a que se formalice el nuevo
contrato de vigilancia en los polígonos del Tarajal para que
se conozcan los términos y el servicio concreto que
prestarán los vigilantes de seguridad en la zona de las
naves, así como con el control de los porteadores. Un
aspecto fundamental ya que de este flujo se derivan la
mayoría de los problemas que se dan en los polígonos y sus
inmediaciones.
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