La sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares
-Madrid- se reforzó ayer de manera especial para celebrar el
primer juicio contra una célula de captación y
adoctrinamiento de yihadistas para combatir en las filas del
Estado Islámico en Irak y Siria. La Sección Segunda de lo
Penal juzga a once islamistas detenidos en julio de 2013 en
Ceuta y Marruecos que supuestamente participaron en el envío
de combatientes a zonas de conflicto en Oriente Próximo.
Algunos de los once acusados de reclutar en España a
yihadistas negaron ayer en el juicio que enviaran a personas
a Siria para que se incorporaran a la lucha del
autodenominado Estado Islámico (EI) y además han condenado
el terrorismo y han pedido la paz para todo el mundo.
La red está acusada de mandar a Siria a catorce personas, de
las que ocho murieron. La Audiencia Nacional inició el
juicio de la primera célula desarticulada en España dedicada
al reclutamiento de yihadistas, que contaba con once
integrantes, para los que la Fiscalía pide penas de 10 y 12
años de cárcel.
Los acusados Karin Abdeselam Mohamed, alias Marquitos, e
Ismael Abdellatid Al Lal, alias Stifo, para los que el
fiscal pide la principal pena de 12 años de cárcel, eran los
presuntos dirigentes de esta red, que posiblemente mandó a
luchar a Siria a catorce personas de las que al menos ocho
murieron.
Karin Abdeselam Mohamed, que se ha presentó como español,
árabe, musulmán y religioso, aseguró que había iniciado
gestiones para viajar a Turquía pero no para enviar a
personas a Siria ni para incorporarse al EI sino para
visitar un campo de refugiados del pueblo sirio ya que
quería ofrecer ayuda humanitaria. Añadió que conoce a los
demás acusados por ser vecinos suyos en el barrio del
Príncipe, negando que adoctrinase o diese órdenes a persona
alguna o que sepa usar armas y ha lamentado que antes se le
relacionara con Al Qaeda, ahora con el EI y que se le vaya a
seguir vinculando con cualquier otro grupo que salga.
El fiscal le mostró un número de teléfono con prefijo 0096,
correspondiente a Siria, que tenía en el bolsillo el día en
que fue detenido. Este móvil pertenecía supuestamente al
líder de la Katiba (falange) del Estado Islámico Abdelaziz
el Magdali. Marquitos ha dicho no tener “ni idea” de esta
cuestión.
Abdelkrim Chaib Abdelaziz, alias Chatarra, que también se
presentó como español, árabe y musulmán, condenó todo tipo
de terrorismo, y, al igual que su compañero, negó que
adoctrinara a personas en asuntos de guerra, inmolación o
suicidios y que enviara a nadie a Siria, y ha recordado que
estuvo en el Ejército de España y que trabajó en la reforma
del centro penitenciario de Ceuta.
Prohibida la guerra
Por su parte, Mohamed Heyouf Mohamed, alias Aiuf, negó
también las acusaciones del fiscal y cometó que en su
religión “está prohibido la guerra y matar a inocentes,
mujeres y niños” y respecto a un manual de explosivos
caseros que figuraba en un archivo del ordenador del
domicilio en el que vivía con su familia dijo que podría ser
de uno de sus ocho hermanos, militar. Mohamed Heyouf ha
recalcado que es ceutí y que tiene nacionalidad española,
así como que es musulmán pero que no comparte frases que
figuran en algunos documentos incautados como que Ceuta y Al
Andalus tienen que volver al camino del Islam y apostilló:
“Que haya paz en todo el mundo, no solo en Siria” ya que “el
Corán ni es violento ni induce a la violencia” y ha
condenado el terrorismo. Al Andalus es España
El acusado Tarik Mustafa Hamed, alias Conejo, también
condenó el terrorismo y cometó que para él Estado Islámico
no era un concepto que corresponda a una organización
terrorista ya que “cualquier país musulmán es un Estados
islámico”. asegurando que “Ceuta es española” y “Al Andalus
es española” también.
”Tarik Mustafa Hamed relató ante las autoridades hudiciales
que le propusieron ir a Siria “para ayudar al pueblo sirio
contra el presidente dictador” pero ha asegurado que nunca
pensó ir para combatir ni que se ha confabulado con nadie
para reclutar a personas para ello, y añadió que es muy
religioso. Explicó que accedía a páginas con vídeos de Siria
e Irak a través de Internet como “todo el mundo” podía hacer
y que no le constaba que ello fuera delito. Agregó, además,
que 1.300 euros que le fueron incautados en su domicilio no
eran para ir a hacer la yihad a Siria sino que era un dinero
que habían recolectado amigos suyos para pagar parte de sus
deudas ya que sabían que tiene cinco hijos. El juicio
seguirá hoy en la Audiencia Nacional con la declaración de
los demás acusados.
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