Han sido varias las semanas que la actividad comercial en
los establecimientos ubicados en los cuatro poligonos que
conforman el del Tarajal han visto con la actividad ha
descendido y eran muy pocos los porteadores, y por ende las
ventas, que se acercaban. Uno de los indicadores que refleja
mejor la situación es que el bulto se pagaba a cinco euros
una cantidad poco atractiva para que estos trabajadores
decidan acudir hasta el polígono como lo hacían con
anterioridad.
Pero la cuestión está cambiando y esta semana, los
porteadores pueden regresar y retomar la actividad, según ha
explicado a este periódico uno de los empresarios que tiene
su establecimiento en el polígono y que lamentaba la pérdida
de venta que se estaba produciendo.
Son muchas las tesis que se barajan para intentar comprender
el problema, pero el empresario, que cuenta con amplia
experiencia, deja entrever que la subida del dólar puede ser
fundamental para que los comerciantes del vecino país se
decidan a hacer sus compras en las naves comerciales del
Tarajal.
Hay empresarios que discuten esta teoría, explica el
interlocutor, aunque es claro que si la moneda americana
sube, Marruecos no importa debido a que paga con la moneda
mencionada.
Cuando esto se produce, precisa, el comerciante del vecino
país se decide claramente por nuestros comercios para
abastecerse de producto, lo que provoca que toda la
maquinaria que eso conlleva se ponga en marcha. Vuelven los
porteadores y las ventas se tornan normales y se estabiliza.
Precio del bulto
Para el empresario, el precio del bulto tiene que estar
fijado entorno a los veinticinco o treinta euros, como
mínimo, ya que de no ser así, el precio no es atractivo para
el porteador, que en los días de mucha afluencia apenas si
puede dar un pase y con suerte, mucha suerte, un segundo.
Eso es algo que hay que tener en consideración para la buena
marcha del negocio.
Todo ello en una semana que ha terminado con la firma del
convenio entre la Administración y la Ciudad para luchar con
todos su medios contra el fraude fiscal que se produce con
las mercancías.
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