El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha enviado a
prisión a tres de los cuatro presuntos yihadistas detenidos
el pasado sábado en Ceuta, que han negado en su declaración
formar parte del Estado Islámico y han asegurado que ni
siquiera son “religiosos”, informaron fuentes jurídicas.
Tras interrogarles este lunes, el magistrado ordenó el
ingreso en prisión de Farid Mohammed Al Lal y su hermano
Mohammed y de Anwar Alli Amzal, al tiempo que ha dejado en
libertad al hermano de este último, Radouan, después de que
los forenses constataran que sufre una discapacidad
psíquica.
En todo caso, Radouan Alli Amzal tendrá que realizar
comparecencias semanales en el juzgado más próximo a su
domicilio, deberá entregar el pasaporte y no podrá abandonar
el territorio nacional. A todos ellos les imputa los delitos
de integración en organización terrorista y tenencia ilícita
de armas.
Además de negar que formaran parte de una célula terrorista,
los arrestados han apuntado que la pistola que les fue
incautada no era suya sino de un primo, según han señalado
las citadas fuentes.
Dos de los presuntos yihadistas detenido trabajaban en una
céntrica heladería de la ciudad autónoma, donde los clientes
habituales han destacado su sorpresa por los arrestos.Estos
clientes han asegurado que los hermanos siempre habían
demostrado una actitud cordial y amable, por lo que han
manifestado su sorpresa por la detención de los dos.
Los clientes han valorado la actitud normal en su
comportamiento de los dos jóvenes, su profesionalidad en el
desempeño de sus trabajos como camareros de esta cafetería
situada en la Avenida Alcalde Sánchez Prados.
Según el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, los
cuatro detenidos, de nacionalidad española y origen
marroquí, formaban parte de una célula yihadista que estaba
“plenamente preparada” para atentar en España y dispuesta a
inmolarse en el intento. Destacaban por su “radicalización”
y por estar “muy adiestrados tanto física como mentalmente”.
El ministro también destacó el “gran paralelismo” que la
célula desarticulada tenía con la formada por los
terroristas que el pasado 7 de enero atentaron en París
contra la revista satírica Charlie Hebdo. Los detenidos en
Ceuta formaban parte activa de una célula que actuaba
siguiendo las consignas impartidas por el líder del Estado
Islámico, Abu Bker Al Baghdadi.
La operación, denominada Chacal y dirigida y coordinada por
la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el titular del
Juzgado Central de Instrucción número 5, se completó con dos
registros domiciliarios en los que se incautaron una pistola
automática del calibre 9 milímetros metros parabelum,
uniformes de combate, pasamontañas, placas de matrícula de
vehículos españoles, machetes de grandes dimensiones, otro
tipo de armas blancas y armas cortas no de fuego, munición
de diverso tipo, material informático y diversa
documentación que será sometida a estudio.
La operación Chacal tenía el objetivo de neutralizar la
amenaza “potencial” que constituían para España los
integrantes de la célula desmantelada, habida cuenta de la
situación “actual de riesgo” y de los paralelismos
detectados a lo largo de la investigación entre los miembros
de la célula española y los autores de los atentados de
Francia.
En concreto, señaló como “elementos coincidentes” que las
dos parejas de hermanos detenidas han adquirido un alto
nivel de “radicalización”, asumiendo incluso su propia
muerte en el transcurso de la comisión de un acto
terrorista, así como que todos estaban entrenados física y
mentalmente para llevar a cabo la yihad y adoptaban
numerosas y complicadas medidas de seguridad en sus
desplazamientos y comunicaciones.
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Se están rastreando varios ordenadores y los teléfonos
Agentes de la Comisaría General de
Información están analizando el material intervenido el
sábado a la célula yihadista desarticulada en Ceuta para
determinar si tenía decidido algún objetivo concreto al que
atacar. Se están rastreando varios ordenadores y los
teléfonos que utilizaban las dos parejas de hermanos, así
como sus contactos con otros presuntos yihadistas en el
norte de Marruecos, donde supuestamente se habían entrenado
y realizado prácticas de tiro. En este contexto, el ministro
del Interior, Jorge Fernández Díaz, manifestó que la
sociedad “debe acostumbrarse a vivir con cierto riesgo” ante
el terrorismo, pero “a un nivel que sea asumible y
compatible con la seguridad y libertad”. En este sentido,
advirtió de que no se “debe bajar la guardia” porque “toda
la comunidad occidental, en concreto toda la Unión Europea,
está sometida a la amenazas de las filiales de Al Qaida”. En
su opinión, “quien diga que existe el riesgo 0 y la
seguridad al 100 por cien está faltando a la verdad”.
Asimismo, reiteró que pese a los atentados de Francia,
España «se mantiene en la misma dinámica de siempre» y «no
tiene riesgo adicional». Así las cosas, «no hay motivos de
alarma ni para la dejadez» como acredita la operación de
Ceuta. na con la detención de cuatro yihadistas en Ceuta.
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