Ceuta tiene entre sus costas zonas protegidas por ser
consideradas zonas de interés comunitario debido a que en
ellas se alberga una gran diversidad de fauna y flora
marina. En condiciones adversas se pueden convertir sin
embargo en ‘una trampa’ debido a sus dimensiones, entre el
dique de Poniente y la costa de San Amaro hay apenas un
kilómetro y medio. En ocasiones como las vividas a finales
del pasado año, durante las fugas de hidrocarburos que han
estado contaminando las costas de la ciudad, las corrientes
transportaron rápidamente el combustible.
En Noviembre de 2014 se vieron unas primeras manchas
flotando por las costa de San Amaro, tras el caso aislado se
localizó una contaminación mayor en la playa de Benítez y se
procedió a su limpieza. Las primeras hipótesis apuntaron a
la limpieza ilegal de la sentina de un barco y se interpretó
como un caso puntual.
Fué a principios de diciembre cuando la Autoridad portuaria
informó de que habían detectado una fuga y despliegan los
medios de protección y limpieza en la zona de la escollera
de Poniente inicando los procedimientos y actuaciones
necesarias para combatir un vertido de hidrocarburos de unos
1.000 metros de longitud, desde playa Benítez en dirección
este (playa de San Amaro).
En aquel momento se activaron los protocolos de actuación,
el Plan Interior Marítimo (PIM) se puso en funcionamiento
inmediatamente. Para evitar que el problema fuera a mayores
se activan también el plan territorial y se cuenta con
Capitanía Marítima en la intervención. De esta forma se
coordinaron Ciudad Autónoma, Autoridad Portuaria, Capitanía
Marítima y Delegación del Gobierno para atacar de forma
efectiva el vertido.
El día anterior a Nochebuena volvían a saltar las alarmas
tras poderse comprobar que una fisura en uno de los tanques
de la factoría de Cepsa provocaba un importante vertido de
fuel-oil 180 a la playa de Benítez, procediéndose de
inmediato a activar el Plan Marítimo Nacional así como el
propio Plan de Emergencia en nivel 3 de la empresa.
Mucho se ha hablado, y se hablará, de éstos y otros
accidentes a lo largo de este invierno. Se buscan
responsables, se analizan las actuaciones y se procura
minimizar los daños pero, ¿A qué daños nos referimos? Aparte
de los propios costes económicos que se puedan generar,
difícilmente mesurables a la hora de realizar las cuentas
del coste económico, queda la duda de cuánto se ha influido
en el plano medioambiental. Las manchas impregnaron todo lo
que tocaron y su limpieza en roca puede resultar muy
complicada y lenta, suponiendo un percance para las diversas
especies que en ella moran. Uno de los casos más relevantes
es el de la Lapa Ferruginosa ‘Patella ferruginea’ (Gmelin,
1791), una especie en peligro de extinción que podría verse
afectada negativamente.
Pese a tener una vida sedentaria, cuando sube la marea la
lapa se desplaza para comer, necesitando de una zona de
“campeo” donde poder alimentarse. Si la contaminación se
adhiere a esa zona, no podrá ingerir nada o, si lo hace,
terminará muriendo por concentración de metales pesados y su
probabilidad de sobrevivir dependerá en ese momento del
tiempo que su organismo le permita aguantar o de si es capaz
de encontrar una zona menos contaminada en la que pueda
ingerir suficientes cianobacterias y algas.
Se están llevando a cabo estudios dentro del programa de
protección de la especie ya que está recogida en el Catálogo
Español de Especies Amenazadas: categoría “en peligro de
extinción ” (en la misma categoría del lince ibérico)
realizandose periódicamente censos con el número de
ejemplares dentro del puerto ceutí. Su doble abertura
característica condiciona la composición de las aguas,
concretamente mediante las corrientes que atraviesan las
murallas que mueven el agua de tal forma que permitien una
concentración de oxígeno mayor a la habitual en otros
puertos. Esta zona se convierte por ello en una de las
grandes reservas conocidas de este animal endémico del
Mediterráneo.
A menudo las especies en peligro de estinción actúan como
punta de lanza a la hora de proteger su ecosistema. Cuando
se delimita una zona protegida en favor de un animal
concreto no hay que olvidar que se está cuidando del hábitat
de éste y en consecuencia de todos los seres vivos con los
que convive en dichos lugares.
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