En el colmo de los despropósitos, las obras de
rehabilitación del primer local adjudicado y cuya inversión
es obligación de la empresa, Joaquín Ferrer y Cía S.L.,
están siendo realizadas por la Consejería de Medio Ambiente,
que ha contratado a la empresa Redagua para la reforma del
local en la calle González de la Vega. Si bien todas las
partes tratan de justificar de que solo se está realizando
la impermeabilización de la cubierta del edificio, la
realidad es que, y hay pruebas gráficas que lo demuestran,
se está actuando en el interior, rehabilitando el citado
local.
Esta contratación también ha estado cargada de polémica, no
solo hacerse cargo de una obra que en principio no le
debería corresponder. Tanto es así que, en un principio, se
solicita por escrito a la Consejería de Fomento la
elaboración de un informe en relación al citado local,
pretendiendo que la obra la “realizara” esta consejería, que
se niega en rotundo a asumir dicha responsabilidad.
También porque vuelve a tirar una vez más de la contratación
directa de lo que considera un contrato menor y además los
presupuestos solicitados han sido todos a miembros de una
misma familia. Las tres empresas a las que se acude
pertenecen a miembros de una misma familia, los Torres. El
cabeza de familia es Francisco Torres, que es quien se lleva
la obra, y los titulares de las otras dos empresas son sus
hijos, David y Noelia Torres.
Un coste económico que desembolsa la Ciudad Autónoma de la
partida correspondiente a la Consejería de Barriadas.
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