La AD Ceuta se hizo ayer más grande. Y no solo por conseguir
una nueva victoria lejos de casa. Sino por cómo lo
consiguió. El equipo caballa regresó con los tres puntos a
tierras ceutíes tras demostrar en Las Cabezas de San Juan
que a fe, carácter y pundonor no le gana nadie. Tampoco el
árbitro. Y es que, si durante el encuentro del sábado frente
al Coria los ceutíes tuvieron que sufrir el arbitraje del
graditano Fariñas Rodríguez, ayer, en el Municipal Carlos
Marchena, el equipo caballa se vio gravemente perjudicado
por un Fernández Domínguez que lo dejó con diez durante
prácticamente todo el segundo tiempo, y con nueve al final
del choque.
Los fuertes insultos racistas que sufrieron desde la grada
tampoco amilanaron al equipo caballa, que se creció todavía
más ante las adversidades. Y todo ello, sazonado con un
Cabecense aguerrido y correoso en todos los aspectos que
buscaba también a toda costa la victoria. Un plato de mal
gusto que, sin embargo, el Ceuta engulló hasta no dejar de
él más que las migajas. El premio por ello: tres puntos que
permiten a los ceutíes acabar la jornada en la tercera plaza
en solitario y volver a ampliar las distancias con el quinto
clasificado.
El Ceuta comenzaba el encuentro con un día menos de descanso
que el Cabecense. Algo notable teniendo en cuenta que el
equipo caballa solo tuvo el domingo para reponerse del
enorme esfuerzo físico realizado frente al Coria. El
Cabecense aprovechó esta situación para tomar primero el
control del encuentro ante un Ceuta que, bien posicionado en
el centro del campo, apenas le daba a los sevillanos la
opción de crear verdadero peligro sobre la portería
defendida nuevamente por Garrido.
Tras una primera media hora de mucho fútbol en el centro del
campo y escasas ocasiones, el equipo caballa fue sintiéndose
más cómodo sobre el terreno de juego. Villatoro, que se
plantó con mucho peligro en el área sevillana tuvo en sus
botas el gol, aunque entre Iván Ares y la zaga ugiense
consiguieron enviar el esférico a saque de esquina. Pucho,
tras recoger un rechace, también intentó romper el empate
inicial, aunque de nuevo la defensa sevillana consiguió
desviar a córner el peligroso disparo.
El Cabecense también intentó adelantarse en el marcador
antes del descanso, movido por su necesidad de alejarse del
descenso y la delicada situación de su técnico, Alonso
Ramírez, que podría tener las horas contadas como técnico
del equipo. A falta de cinco minutos para el descanso, Jesús
Mari puso a prueba a Garrido con una volea ante la que
respondió con acierto el guardameta caballa, que envió el
balón a córner.
El segundo tiempo comenzó como una prolongación del
encuentro disputado el sábado. El onubense Fernández
Domínguez dejó al Ceuta con diez jugadores al mostrarle la
segunda cartulina amarilla a Tito No, que no hizo más que
pugnar el balón en un salto con un contrario. Corría el
minuto 52 y todavía quedaba toda la segunda parte por
delante.
Con un hombre más sobre el terreno de juego, el Cabecense
volvió a medir la capacidad defensiva del Ceuta que, en el
centro del campo, hizo un trabajo perfecto. Aunque con la
falta de Tito No el desgaste físico era mayor, los ceutíes
sacaron fuerzas de donde ya no las había para darle un
vuelco a la situación. Villatoro, que con la entrada de Said
por Ito se colocó en la punta del ataque, se marchó de
Bucarat y se escoró hacia la derecha, desde donde envió un
certero disparo cruzado que, tras superar a Iván Ares, se
convirtió en el 0-1.
Durante los veinte últimos minutos del encuentro
(veintiséis, con los seis que no dudó en añadir el
colegiado), el Ceuta se mantuvo firme sobre el terreno de
juego, manteniendo a raya al Cabecense y sumando tres puntos
que le permiten asaltar la tercera plaza del grupo antes de
recibir este sábado en el Murube al Recreativo B.
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