La ONU y la Unión Europea se unen a la denuncia de
colectivos sociales y otras instituciones contra la decisión
del Ministerio del Interior de continuar con las expulsiones
en caliente sin mayores trámites burocráticos de los
inmigrantes que superan las vallas fronterizas de Ceuta y,
sobre todo, Melilla. Además, tras los episodios de violencia
registrados en el asalto de doscientas personas del pasado
15 de octubre en Melilla, en el que resultaron heridos
agentes y subsaharianos, los organismos internacionales
también critican a España por el “uso de la fuerza” para
“disuadir del cruce de fronteras no autorizado”.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) en una nota oficial fue especialmente duro al
calificar de “preocupante” la “situación en la valla de
Melilla durante los últimos intentos de entrada”, sobre todo
porque “los incidentes violentos relacionados con el control
fronterizo” y las expulsiones sumarias sin previo paso por
comisaría para conocer la situación de los inmigrantes
“podrían estar impidiendo el acceso al territorio español y
al procedimiento de asilo a personas que llegan a esta
frontera sur de España huyendo de la guerra y de la
persecución”.
“No es la primera vez que se emplean métodos violentos
contra quienes se encuentran en la valla de la frontera de
Melilla, y que son retornados a Marruecos tras lograr
saltar”, se quejó la agencia de la ONU.
ACNUR “reconoce la legitimidad de los estados para proteger
y vigilar sus fronteras”, pero “considera imprescindible que
se lleve a cabo en un ambiente libre de violencia y con
pleno respeto a los derechos humanos”. Por ello, apela a
España a que “este tipo de situaciones no se vuelvan a
repetir” y pide al Ejecutivo que la actuación de las fuerzas
de seguridad sea respetuosa con los tratados internaciones y
en particular con la Convención de Ginebra de 1951 sobre el
Estatuto de los Refugiados.
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