Emilio Carreira, portavoz del Gobierno, fue muy contundente
en la rueda de prensa tras la celebración de la reunión
semanal del Consejo de Gobierno y respondió a Caballas que
el Ejecutivo “no tiene facturas en los cajones” tal y como
se había denunciado por parte de los localistas.
Con ello y tal y como había anunciado el presidente en la
comparecencia del jueves para hablar de los Presupuestos,
Carreira dio contestación a todo lo afirmado por Mohamed Alí
y Juan Luis Aróstegui.
“Este Gobierno no tiene en ningún cajón ninguna factura
guardada de nadie”, dijo Carreira, que lo que el Ejecutivo
puede tener son desviaciones presupuestarias “tanto al alza
como a la baja”, lo que la oposición, dijo, falta de
previsión.
Tal y como hizo en otros pasajes de su intervención, el
portavoz explicó que el Presupuesto, “tal y como su nombre
indica, no es una certeza, es un Presupuesto, lo que
significa presuponer”.
Agregó que lo que se hace es planificar, en base a razones
estadísticas, como “van a funcionar tanto los ingresos como
los gastos”, aunque ello no quiere decir que no se produzcan
desviaciones, algo que a criterio del portavoz, también se
“produce en los ingresos”.
Para ilustrar sus palabras, el portavoz relató lo sucedido
en el ejercicio anterior con la compensación del IPSI y
“tuvimos una desviación negativa por tal motivo”, ya que el
Gobierno en el mes de septiembre cambió “la base de cálculo
y estableció un decrecimiento sobre la previsión inicial de
la economía, y eso afectó a nuestro ingresos por
compensación de IPSI”.
Ello, continuó Carreira, provocó que el Gobierno se viese
obligado a tener que hacer una modificación de crédito, que
hubo que reajustar con la liquidación procedente del año”.
Carreira justificó que a veces el Presupuesto no sale tal y
como se prevé y “eso no es una cosa que deba ser objeto de
extraordinaria preocupación”, agregando que por tratarse de
un Presupuesto, “la ley permite ir corrigiendo y, por lo
tanto, estas cosas son normales”.
El Gobierno de España, dijo el portavoz, el Presupuesto se
cambia cada quince días “y aquí hacemos dos o tres
modificaciones al año y podríamos hacer más, y sería hasta
lógico”, concluyó el portavoz del Gobierno.
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