Agua, aire y suelo son los componentes ambientales en los
que se sustenta la vida. Sobre ellos, la actividad humana
ejerce una presión en forma de contaminación que trasciende
las fronteras nacionales y provoca distorsiones globales,
como el cambio climático o el agujero de la capa de ozono.
Además, el hombre ha modificado o adaptado el medio en
función de sus estilos de vida y se ha rodeado de nuevos
contaminantes, como los campos electromagnéticos derivados
de los artilugios eléctricos, los productos químicos, el
ruido, las radiaciones ultravioletas artificiales...
La exposición a este tipo de contaminantes puede incrementar
el riesgo de distintas enfermedades.
Desigualdad y equidad en salud ambiental
Las desigualdades en salud son las diferencias que se dan
entre los diferentes grupos de una población y que son
resultado de la dispar distribución de los determinantes
sociales y ambientales. En salud ambiental se puede hablar
de desigualdades entre los países ricos y los pobres, entre
lo urbano y lo rural y entre los grupos de población. Estos
tres niveles se entrecruzan de forma que se pueden presentar
múltiples combinaciones con riesgos para la salud diferentes
en cada una. También hay desigualdades internas que
responden a cuestiones de edad, género y salud.
Una de las mayores desigualdades en materia de salud
ambiental se da con el agua. Consideramos natural abrir el
grifo y que salga, pero un tercio de la población mundial
seguirá sin acceso a agua potable y saneamiento adecuado en
2015, según la OMS.
Frente al concepto de desigualdad se impone el concepto de
equidad en salud ambiental: que todas las personas puedan
desarrollar su máximo potencial de salud independientemente
de las circunstancias personales, sociales, ambientales o
territoriales. Por todo ello, para la salud ambiental y los
profesionales que se ocupan de ella es prioritaria una
actuación que tienda a eliminar las desigualdades. Lo
contrario tiene repercusiones negativas para toda la
sociedad, pues las sociedades menos equitativas son
sociedades con menor cohesión y sostenibilidad social, con
peores indicadores de bienestar, desarrollo económico y
salud.
El desarrollo de la Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de
Salud Pública podrá contribuir a reducir las desigualdades
existentes entre las comunidades autónomas por su desigual
desarrollo industrial y económico. Esa Ley hace hincapié en
“la vertiente preventiva y de protección y promoción de la
salud” y, entre otras cosas, asigna a las “Administraciones
públicas la labor de implementar programas de sanidad
ambiental, coordinados por las Administraciones sanitarias,
para elevar el nivel de protección de la salud ante los
riesgos derivados de las condiciones ambientales”.
Salud ambiental en España
En un país como España, las actividades de vigilancia y
control en materia de salud ambiental se centran en el agua
potable, aguas recreativas, seguridad química, biocidas,
legionelosis, control vectorial, calidad del aire, polen,
temperaturas extremas, radiaciones electromagnéticas, etc.
Desde las estructuras de sanidad ambiental, las inspecciones
de las instalaciones (abastecimiento, piscinas, zonas de
baño) recaen en las comunidades autónomas y ayuntamientos,
que también llevan a cabo planes de control vectorial
(ratas, ratones, cucarachas, mosquitos, etc.) e inspecciones
de las empresas que producen y comercializan sustancias
químicas y de las instalaciones de riesgo frente a
legionelosis. Proveer de información al sistema sanitario
asistencial y al público sobre calidad del aire, niveles de
polen y previsiones de temperaturas.; y trabajar y colaborar
con otras instancias administrativas en la elaboración de
informes sobre riesgos potenciales para la salud de la
población son otros de sus cometidos.
El Ministerio de Sanidad, además de coordinar las
actividades de salud ambiental, tiene un Observatorio de
Salud y Cambio Climático, que monitoriza los resultados de
las actuaciones sobre agua potable, calidad del aire,
temperaturas extremas y control vectorial.
El Plan Nacional de Salud Ambiental
Los compromisos adquiridos por España ante organismos
internaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS)
hicieron que desde el Ministerio de Sanidad se promoviese la
redacción del documento Bases para la elaboración del Plan
Nacional de Salud Ambiental, que está estructurado en tres
partes: Diagnóstico de situación sobre el medio ambiente y
la salud en España, Propuesta de planes y actuaciones
concretas que debería recoger el plan y Propuesta de modelo
organizativo para realizarlo. Programas nacionales de
seguridad química, vigilancia sanitaria de la contaminación
atmosférica, gestión integral de los usos del agua y
actuación ante extremos térmicos son algunos de los
planteados, al igual que los relativos a la vigilancia
sanitaria del ruido, las radiaciones ionizantes y los campos
electromagnéticos y los programas nacionales de vigilancia y
control vectorial, vigilancia y control de las instalaciones
de riesgo frente a legionelosis y la propuesta de diseño y
aplicación de sistemas de biomonitorización para el control
sanitario de contaminantes prioritarios.
Las propuestas recogidas en este Plan gozan de actualidad:
coinciden en el tiempo la conciencia de la necesidad de
dotarse de un medio ambiente más seguro y saludable y la
oportunidad que representan las estrategias internacionales
en las que España está involucrada.
La Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA)
La Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) se
constituyó en el año 1991. El objetivo prioritario de SESA
es el de servir de foro para agrupar a las personas físicas
o jurídicas cuyas actividades profesionales o científicas se
desenvuelven en el campo de la salud para favorecer el
intercambio de conocimientos en los campos de investigación,
gestión, formación de personal o cualquier otro que
contribuya al desarrollo y difusión de la salud ambiental.
Una de las últimas contribuciones de SESA constituye el
libro Cambio global en España 2020/50: cambio climático y
salud y, en la actualidad, tiene varios grupos de trabajo
que rendirán sendos informes sanitarios sobre aspectos tan
relevantes como los indicadores de calidad del aire y salud
en España, la evaluación del riesgo como metodología de
trabajo en la salud ambiental, los aspectos sanitarios que
deben ser contemplados en los proyectos de explotación del
fracking y la evaluación del riesgo por exposición al
metilmercurio.
El Servicio de Sanidad Ambiental de la Ciudad de Ceuta
En Ceuta, la vigilancia y control en materia de salud
ambiental la realiza el Servicio de Sanidad Ambiental,
perteneciente a la Consejería de Sanidad y Consumo. Él
vigila y controla la calidad del agua que bebemos, de las
aguas de baño y piscinas públicas; productos químicos,
biocidas e instalaciones de riesgo de proliferación de
legionela; también la calidad del aire que respiramos… En
resumen, este departamento es el encargado de vigilar que
los riesgos ambientales no constituyan un peligro para la
salud de los ceutíes.
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