El personal sanitario del Centro de Salud del Recinto Sur se
encuentra muy “sorprendido” de la situación en la que se
encuentra el único ascensor que permite el acceso de los
pacientes a las dos plantas de que consta el edificio, ya
que según informan hace ya siete meses que fue aprobado el
presupuesto que permitía la adquisición y sustitución del
actual que se encuentra “más veces averiado que en
servicio”, según los testimonios que recogidos por EL PUEBLO
en el centro de Atención Primaria.
Los facultativos indican que cada vez que solicitan
información al respecto al gerente de este Centro de Salud,
la respuesta es siempre la misma: “Estamos a la espera de
que Madrid libre el dinero”.
En esta situación la verdadera realidad del día a día es “la
precariedad, dificultades y extremos sufrimientos” que
padecen aquellos pacientes que, por alguna minusvalía en su
movilidad, se ven impedidos a acceder con la facilidad
deseable a los dos pisos del edificio donde se encuentran
las consultas externas y, por tanto, la atención directa
para someterse a diagnóstico o solicitud de recetas, cuando
el ascensor se encuentra averiado, con mucha más frecuencia
de lo deseable.
Los pacientes “en silla de ruedas o con muletas, se ven muy
perjudicados”, dice el personal sanitario que comprueba a
diario esta situación tan atípica como controvertida e
inusual en un centro sanitario público, que debe garantizar
no solo la accesibilidad y evitar las barreras
arquitectónicas, sino permitir el libre acceso de quienes
acuden a una consulta médica. A esta situación, hay que
añadir otras anomalías, producto de la mala gestión en la
utilización de los recursos como fue el caso, la pasada
semana, de una mujer que había sido ingresada en el Hospital
Universitario a causa de un ictus y, tras el correspondiente
tratamiento, el médico le dio el alta y a la hora de ser
trasladada a su domicilio en una ambulancia, dadas las
dificultades de movilidad que presentaba y cuya recuperación
había de efectuar en su propia vivienda, hubo de estar
esperando en la habitación del hospital su traslado desde
las 9 de la mañana hasta las 14 horas, una muestra que, para
el personal, pone de relevancia el “mal funcionamiento y
coordinación de los servicios que soportan estoicamente los
pacientes”.
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Cabeza vuelve a los servicios centrales tras
dejar la Gerencia y no a su puesto
El personal sanitario de Ceuta ha
mostrado su sorpresa ante un hecho que les ha llamado la
atención: el anterior gGerente de Atención Sanitaria de
Ingesa, Manuel Cabeza, y de quien la Administración General
del Estado pidió el cese por su controvertida gestión y
permanentes enfrentamientos con los sindicatos, no ha vuelto
a su anterior puesto de médico en el que desempeñaba sus
funciones antes de su nombramiento para Ceuta. Lo ha hecho a
los Servicios Centrales de Ingesa, algo que solo se entiende
desde el colectivo médico y desde el área sindical como una
forma de “agradecer los servicios prestados”, plagados de
polémicas con enfrentamientos continuos con las centrales
sindicales.
Manuel Ramón Cabeza Álvarez, que tomó posesión en enero de
2012 del cargo de gerente del Ingesa en la ciudad, pronto
suscitó situaciones de protesta: entre el personal
sanitario, partidos políticos y sindicatos. Ahora se ve con
sorpresa que haya sido integrado en los Servicios Centrales.
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