El pasado 9 de julio se desató en Ceuta el tercer incendio
de mayor envergadura que se ha registrado en al ciudad desde
la década de los ochenta. Un fuego que arrasó 34 hectáreas
de importante valor ecológico que se comenzarán a limpiar y
reforestar en el mes de octubre, una vez que pase la época
estival y el riesgo de nuevos incendios. La causa del fuego,
que se originó en el arroyo de Calamocarro, todavía se está
investigado, pero lo que está claro que es que las llamas se
propagaron debido a “una tormenta perfecta” de sequía,
fuertes rachas de viento, y una orografía complicada con
difícil acceso para los bomberos, y así lo explican desde
las Brigadas Forestales. Su responsable, Carmelo Navarro, ha
acompañado a EL PUEBLO a lo largo del perímetro arrasado por
el fuego para contar cómo fueron las dieciséis horas que
transcurrieron desde que detectaron el fuego a las dos y
media de la tarde hasta que se consiguió controlar, y
también para mostrar cuáles han sido las consecuencias
ecológicas de este incendio.
Los grises dominan ahora el paisaje en la zona arrasada que
va desde el arroyo de Calamocarro hasta el perímetro
fronterizo en el fuerte de Anyera aunque, entre medias,
todavía se pueden ver el marrón y el verde de las zonas que,
por los caprichos del viento, quedaron a salvo del fuego. El
viento fue el protagonista de un incendio que se propagó
rápido debido a las rachas de levante y que pasó por encima
de los cortafuegos preparados para controlar las llamas. A
esto se le unió la sequía de la vegetación que, tras una
primavera seca, presentaba un aspecto que en años anteriores
no se daba hasta primeros de agosto. Factores que se unieron
al efecto chimenea que se produjo por iniciarse el fuego en
la parte baja del arroyo. Y es que, el fuego siempre sube
con más facilidad de la que baja y así lo recuerda Navarro.
El incendio saltó una pista y la carretera en apenas unos
segundos para seguir trepando por el monte ayudado por el
viento de levante. Sin embargo, en cuanto el fuego llegó a
la cara de poniente, tras bajar el fuerte de Aranguren,
donde el aire ya no tenía el mismo efecto, se pudieron
controlar las llamas en la pista de la cadena.
El punto clave para Bomberos y Brigadas Forestales en este
incendio fue lograr que el fuego no traspasara la pista de
la lastra y llegara hasta la Tortuga. Por ello, desde el
primer momento el mayor número de efectivos se desplegó en
esta zona. Los trabajadores de las Brigadas Forestales
participaron en el dispositivo coordinado por Bomberos a los
que ayudaron a manejar las mangueras por el terreno, ya que
en muchas ocasiones se tenía que desplegar por una amplías
extensiones.
Tras controlar y extinguir el fuego, llegó la hora de hacer
la valoración. Las Brigadas Forestales han recorrido palmo a
palmo el perímetro afectado. Un total de 34 hectáreas en las
que la especie más afectada ha sido la del pino. Estos,
debido a la resina, han ardido por completo y la mayoría de
pequeños conatos que se declararon en los días posteriores
al incendio fue en los troncos de pinos afectados, que
seguían ardiendo en su interior. Esta es la única especie
que no se podrá recuperar. Y es que, afortunadamente, los
alcornoques, cebuches, algarrobos o madroños que hay en la
zona y que tienen un alto valor ecológico podrán recobrar su
color. Estos árboles, mejor protegidos, no han ardido y las
corteza ha protegido su interior, por lo que sus hojas
volverán a brotar. Un proceso que puede llevar entre uno y
cuatro años. No obstante, cuando llegue el otoño comenzará
una labor de reforestación que, si queda en manos de las
Brigadas Forestales, que cuentan con diez trabajadores
además de su coordinador, llevará varios años completar,
según calcula Navarro. Lo primero será retirar los pinos
quemados. El pino, que no es una especie autóctona no se
recuperará y en su lugar se incorporarán otras como el
ciprés de Cartagena, que se está introduciendo en la zona
desde hace varios años.
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Incendios más graves en Ceuta
1º Agosto 1993. Los días 8 y 9 de
agosto un incendio en Calamocarro y la Barriada Postigo
afectó una zona de 900.000 metros cuadrados (90 hectáreas).
Las causas no se determinaron.
2º Julio 1982. Entre el 24 y 25 de julio, un incendio en
Hornillo y la Barriada Postigo acabó con 70 hectáreas. Las
causas del fuego no se pudieron conocer.
3º Julio 2014. El pasado día 9 se declaró un incendió en el
arroyo de Calamocarro que afectó entre 34 y 35 hectáreas de
vegetación. Las causas aún se están investigando.
4º Septiembre 1981. Este incendio se declaró en Cerro
Carcaño y afectó a diez hectáreas. Las causas no se
determinaron.
5º Agosto 2004. El 10 de agosto un incendió afectó al
Barranco de Piniers, quemando ocho hectáreas. En este caso
se determinó que el fuego había sido intencionado.
6º Agosto 2004. Tres días después del anterior incendio, el
13 de agosto, se declaró un nuevo fuego, también
intencionado, en la Loma de las Cordonices que afectó
también al Embalse del Infierno. El fuego se propagó por
ocho hectáreas.
7º Octubre 1982. El 9 de octubre ardieron siete hectáreas en
la zona de Huerta Morejón, en el Monte Hacho, por un fuego
cuyas causas no se determinaron.
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