Pero la crisis no solo presenta hechos como el relatado
sobre la compra de la bombona de butano, sino que también
está dejando al descubierto otro tipo de compras, como puede
ser el pan, la fruta y la verdura, lo que ha provocado que
en muchos comercios ceutíes dedicados a la venta de este
tipo de productos estén obligados a marcar los mismos con
los mismos precios.
Estamos hablando de personas, que al menos, tienen algunos
recursos para poder adquirir los alimentos. La otra cara de
la moneda, que vive una realidad totalmente distinta, está
protagonizada por los cientos de familias que no cuentan con
recurso alguno y que se ven obligadas a aprovechar la
solidaridad para poder llevarse un plato de comida a la
boca.
Con el inicio del sagrado mes del Ramadán, el Consejo
Religioso y Benéfico Luna Blanca instala un comedor social
en una carpa ubicada justo al lado de la mezquita de Sidi
Embarek, en una doscientas treinta personas rompen el ayuno
de este mes sagrado.
Pero la crisis ha provocado que sean unas cuatrocientas
familias ceutíes las que todos los días, en horario de 18,30
a 20,30, se acerquen hasta las cocinas del comedor citado y
gestionado por Luna Blanca para retirar los platos de
alimentos ya cocinados, según advirtió el representante del
Consejo Religioso Benéfico, Mustafa Abdelkader.
Así, Abdelkader aseguró que en el colectivo están totalmente
sorprendidos con el exagerado aumento de personas que acuden
a retirar la comida, “y hemos pasado de 120 familias el año
pasado a más de 370 este año”, lo que hace que sean, nada
más que en este apartado, más de 1.200 comidas diarias las
que se distribuyen. El representante de Luna Blanca también
explicó que también asisten de comida al grueso del
colectivo de sirios que están en la Plaza de los Reyes, así
como a 30 personas desempleadas que están a las puertas del
Ayuntamiento todos los días.
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