El profesor de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan
Carlos, Rogelio Alonso, ha afirmado este miércoles, en
Santander, que “España es y va a continuar siendo blanco del
terrorismo yihadista”.
Alonso ha argumentado esta afirmación en una serie de
factores que van a permanecer en el tiempo y que
“contribuyen a la identificación de España como blanco del
terrorismo yihadista”.
Entre ellos, ha apuntado “la visión fundamentalista de
recuperar Al-Ándalus, Ceuta y Melilla, o la amplia comunidad
musulmana que hay en España”.
Por eso, el profesor ha indicado que “la intervención
española en Irak no fue el motivo fundamental de los
atentados del 11 de marzo en Madrid, y la retirada de las
tropas no supone el fin de la amenaza”.
Alonso ha explicado esta cuestión en su análisis sobre los
riesgos y amenazas del terrorismo yihadista en España,
dentro del Encuentro Universidad y Defensa en España y su
entorno que se clausuró este miércoles en la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
El profesor ha señalado que “la planificación de atentados
no aparece como prioritaria” entre los radicales yihadistas
detenidos en España, pero “sí encontramos una
intensificación en el llamado ciberterrorismo desarrollado a
través de internet”.
Ha concluido explicando que “la ideología yihadista cumple
la misma función que la nacionalista, establecer un marco
justificativo de los actos terroristas” y, por último, ha
advertido de la peligrosidad de que en España haya actores
políticos que “no condenen e incluso justifiquen la
violencia”.
La conferencia se vio acompañada de una ponencia que corrió
a cargo del General Francisco José Gan Pampols, general
director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS),
quien ha explicado el modelo y objetivos del servicio de
inteligencia en España, destacando que “la inteligencia no
ensaya ni está de maniobras, siempre trabaja sobre casos
reales”.
Ceuta es una de las ciudades que ha estado en el punto de
mira en todo lo relativo al yihadismo y de hecho han sido
varias la operaciones policiales que se han llevado a cabo
para desmantelar celulas. La última operación se ha saldado
con la detención de un ceutí a finales de junio en el barrio
del Príncipe. Hamido Hamido Mohamed fue arrestado por un
presunto delito de terrorismo con motivo de su intensa y
continua actividad a través de Internet a favor de la yihad
global.
Arma corta
En el registro domiciliario en la vivienda donde residía el
detenido se le encontró un arma corta.
El detenido era investigado por realizar una intensa
actividad en redes sociales publicando y difundiendo
propaganda de los grupos terroristas Al Qaeda y Estado
Islámico de Irak y el Levante. Además, ha hecho numerosos
llamamientos incitando a llevar a cabo la denominada yihad
violenta y era investigado desde el año 2012, acumulando
datos, indicios y pruebas que finalmente llevaron a su
detención.
La advertencia sobre la posible amenza yihadista en Ceuta,
tal y como explica el experto se remonta años atrás, cuando
en un informe del Instituto Elcano se explicaba que durante
los últimos años diversos organismos públicos han
confeccionado varios informes prospectivos que alertaban
sobre posibles actividades yihadistas en Ceuta.
Al parecer, desde el año 2000 el Gobierno comenzó a recibir
análisis de inteligencia que apuntaban a la ciudad autónoma
como un campo de cultivo propicio a la extensión de las
versiones más radicales del islam y subrayaban la
conveniencia de incrementar las labores de inteligencia y
contrainteligencia a fin de prevenir posibles influencias
extremistas por parte de algunas asociaciones religiosas.
Alguno de estos análisis hacía especial hincapié en el
control de los discursos propalados en varias mezquitas.
Otro de ellos llamaba la atención sobre la reciente moda de
edificar nuevas mezquitas. Asimismo, se indicaba que los
predicadores encargados de dirigir esas mezquitas carecían
de nacionalidad española y estaban influidos por las
corrientes teológicas salafistas (lo cual no podía resultar
extraño pues es bien sabido que dichas corrientes habían
empezado a difundirse en Marruecos durante las últimas
décadas del siglo pasado, gracias a la penetración de dinero
y asociaciones saudíes).
En 2003 el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) emitiría un
análisis que alertaba sobre la vulnerabilidad de la zona del
Estrecho de Gibraltar ante posibles planes de atentados
contra embarcaciones militares o civiles. Este informe
guardaba relación con unas detenciones realizadas por la
policía marroquí el año anterior que supuestamente
permitieron abortar un complot saudí financiado por al-Qaeda
para atacar objetivos marítimos con lanchas cargadas de
explosivos que partieran de Ceuta o Melilla. Aunque luego
surgirían dudas sobre la veracidad del plan, en el mismo año
2003 la Comandancia General de Ceuta emitió su propio
análisis ratificando que, fuera cierto o no el complot, la
posibilidad de un atentado terrorista en el Estrecho era
perfectamente factible para al-Qaeda.
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